1. Djamel, de humilde lacayo a calenturiento amante


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... hombres como tú, tienes un atractivo sin igual, has dominado a mi jefe y eso me ha gustado.
    
    — ¡Joder, qué bien te has explicado en tan pocas palabras! — le dije.
    
    — Mira, dos cosas, no pretendo ser tu novio, imagino que lo tienes o lo tendrás, yo solo puedo ofrecerte mi culo y si te apetece mi polla, que está buena. No pretendo mucho más. Pero líbrame de mi jefe, cómprame, llévame contigo. Sé hacer muchas cosas malas y buenas, hasta mecanografiar con los diez dedos. Eres el único que le podrías decir: «me lo llevo conmigo, búscate otro».
    
    — Habría que decírselo así: «búscate otro que sea tonto, porque este me lo llevo yo», —le dije con sarcasmo.
    
    — Eso, eso, sólo tú puedes…
    
    Me quedé mirándole con lascivia pero a la vez pensando qué podría hacer yo con un joven tan bien dispuesto y que no es tonto. Pensé que podría cuidar de mi casa, quizá meterlo por la oficina para observar las posibilidades, o simplemente también se me ocurrieron cosas de bajo calibre como tenerlo para que me caliente la cama. Sabía que Djamel estaba dispuesto a todo, incluso a ser un puto particular, pero esa no era mi voluntad, así que tomé la decisión mientras lo observaba y él guardaba un silencio de espera para no perturbar mis pensamientos: había que pedírselo a Marcelino para llevármelo y luego ya veríamos qué podría hacer. Me levanté y le dije:
    
    — Primero, vamos a cenar, luego pensaremos; pero no me lleves a cenar a cualquier sitio, algún lugar que valga la pena.
    
    — Para como vamos ...
    ... vestidos, sé un sitio que te gustará, aunque se paga el buen servicio.
    
    — Ese no es el problema, que sea un lugar donde podamos conversar, que pueda agarrarte de la mano, que te pueda abrazar…
    
    — Lo que yo estaba pensando…
    
    Llegamos a un sitio donde había una especie de elegancia usual más que formal, no desdecíamos con nuestros jeans rotos, había otros y todo eran parejas de hombres o de mujeres, ellos abundaban más que ellas. Nos recibieron y nos acomodaron en un lugar que era suficientemente discreto. Sacaron la carta, le dejé a Djamel que eligiera lo de comer para los dos y pedí un champagne. Cuando el camarero había tomado nota e iba a tardar un poco para preparar al champaña, le pregunté a Djamel:
    
    — Como es que trabajas de asistente con Marcelino.
    
    — No soy su asistente, solo le sirvo para demostrar a los demás que tiene empleados. Todo fue porque mi padre le pidió un favor para salvar nuestra casa de la hipoteca y yo me puse a trabajar para él a fin de pagar el favor. He servido de pintor, albañil, jardinero, recadero, limpiador de la casa, lavador de su coche y toda la retahíla hasta que se enteró que yo soy gay porque me vio conversando con un chico y al despedirnos nos besamos, fue desde entonces que me pilló para su cama, pero tú ya sabes que es asqueroso lo que hace y siempre peligroso de que un día se le vaya la pinza y no sabe uno cómo acaba eso…
    
    — Ahora tengo ya buenas razones para comprarte, si es necesario, pero… atiende bien, no me gusta tener ...
«1234...9»