1. Mundo salvaje -3-


    Fecha: 13/04/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... brazos, hombros, piernas, se le hubieren vuelto de hierro, acero, pesándole, cada uno, toneladas y se llegó hasta la mesa donde acabaran de desayunar ellos dos, su mujer y él mismo.
    
    Quiso llevar los útiles usados al bale de agua donde su mujer los fregaba, pero no pudo; le faltaron más las ganas que la energía para hacerlo, sumido en tremendo marasmo del que apenas era capaz de salir, bajo una desidia que le anulaba el cuerpo, haciéndole incapaz hasta de tomar decisión alguna. Se sentó a la mesa, y hundió el rostro entre las manos, sin poder, incluso, pensar
    
    Sí, el hombre estaba “tocado”, hasta puede que muy “tocado” pero no como en tiempos fuera; “tocado” sí, abatido, hundido, no. Era lo que había, para lo que se venía preparando desde hacía meses y meses, desde aquella noche crucial en que quiso vivir y no morir; desde aquella noche en que, en el último minuto, casi último segundo, podría decirse, comprendió que la vida con ella, fuera como fuese, compartiéndola, incluso, con el “otro”, su “macho”, su “garañón”, como ella misma le definiera, merecía la pena vivirla. Sí, sabía ...
    ... perfectamente a lo que, realmente, ella iba; sencillamente, la hembra de bestia salvaje que en ella surgiera la primera noche que pasó con el “otro”, tras meses, muchos meses, ocho, diez, de permanecer adormilada, acababa de resurgir, de despertarse, y allá corría, tras su ración de “macho” salvaje. Él se había hecho la promesa de superar la crisis en que los celos locos le sumían, y lo iba a conseguir, le costara lo que le costase; nunca, nunca más permitiría hundirse como en tiempos se hundía, en la más cruel desesperanza, sino que su defensa ante el desespero, sería, precisamente, la esperanza; la esperanza en su regreso, en verdad, tal y como se fuera, sólo que más ansiosa de él, más necesitada de él… Más cariñosa, más entregada a él, porque también en ella anidaría un destello de arrepentimiento, un deseo de redimirse así misma por su flaqueza de hembra salvaje. Y, quién sabe, a lo mejor hasta se acostumbraría a eso, compartirla con el “otro” ciertos días cada cierto tiempo, y terminaría por encontrarlo de lo más natural con lo que, a lo mejor, hasta ni dolor le causaría verla partir…
    
    FIN DEL RELATO 
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