1. Mis hermanas me pervierten


    Fecha: 03/04/2021, Categorías: Incesto Autor: Pamela BsAs, Fuente: CuentoRelatos

    ... revelando otras cosas.
    
    El deseo inconsciente era ahora deliberadamente consciente. Asumí mi perversión y volví a dormirme. Pasaron los días y no volví a soñar con mi hermana. Un día, de mucho frío y neblina inusual, vi llegar a la Menor como una tromba. Azotó la puerta de su habitación con furia y me levanté del sillón para ver qué pasaba. Toque a su puerta y pregunté.
    
    -Ey, Menor (así nos llamamos, “Menor”, “Mayor” -mi hermano- y yo soy “Media”) ¿pasa algo? Abrió la puerta y dejándose caer en la cama entre sollozos ahogados dijo:
    
    -Lucrecia me dejó.
    
    -Es lo mejor que pudo haberte pasado. Es una yegua.
    
    -Sí, pero yo quiero a esa yegua.
    
    -Buscate otra, nena, está lleno de minas como esa. Dejate de joder.
    
    De repente relacioné los sucesos. Quizá mi sueño perverso no había sido más que una representación de mi hermana y Lucrecia. La Menor se definía a sí misma como bisexual, pero había tenido más experiencias con chicas que con varones. Sus puteadas hicieron que me olvidara de lo que estaba pensando. La Menor sollozaba y puteaba al mismo tiempo. Me acosté a su lado en la cama. Se dio vuelta y quedamos frente a frente.
    
    -Bueno, bueno, ya va a pasar. Hay miles de chicas disponibles que adorarían estar con vos. Podés tener a cualquiera que camine sobre dos patas con agujero o con palo. Incluidos los monos.
    
    Se sonrió y me dio un beso apretado en la boca. Me sobresalté un poco y sentí que la sangre se me iba a la cabeza, más de vergüenza que por otra cosa. Vi sus ...
    ... ojos azules sobre los míos y me estremecí. Abrió un poco la boca y cerró los ojos. Con esa boca entreabierta besó mis labios al tiempo que me eché un poco hacia atrás. Abrió los ojos y enarcó las cejas. Volvió a sonreírme, pero de costado y mientras me miraba fijo volvió a besarme. Esta vez no retrocedí. Era un beso dulce y mientras sentía sus labios carnosos sobre los míos me tocó el pelo. Ahora su lengua intentaba abrirse paso en mi boca. Me resistí solo un momento, pero la abrí, recibiendo su lengua que me exploraba con delicadeza.
    
    Decidí dejarme llevar. Después de todo había soñado con esto, y, por lo tanto, deduje que de alguna manera lo deseaba. Dejaría que ella lo hiciera todo. Abrí más la boca y nuestras lenguas empezaron a jugar al tiempo que apenas rozaba con uno de sus dedos mi pezón derecho. Ella tomó mi mano y la puso sobre una de sus tetas. Rozaba uno de sus pechos como ella hacía conmigo. Ahora me apretaba la punta del pezón sobre la remera mientras me miraba con esos profundos ojos azules. Hizo que sacara la mano de su teta y me acostó de espaldas. Se tumbó sobre mi cuerpo, recibiendo todo su peso mientras sentía sus tetas clavadas sobre las mías.
    
    Me besó la boca, los ojos, el cuello, me lamió suavemente las orejas mientras sus manos subían y bajaban por mi cuerpo aún vestido. Se puso de costado y empezó a desabotonarme la camisa muy lentamente desde abajo. Sus ojos echaban chispas. Con cada botón que desabrochaba me exploraba primero con su dedo y luego ...
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