1. Buscando la mujer 10: las usadas


    Fecha: 31/03/2021, Categorías: Confesiones Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos

    ... Mente y cuerpo, interiores y exteriores. Con la exactitud de un anatomista, cada detalle era disecado, sopesado y examinado a la luz de sus necesidades.
    
    De más está decir que todo este proceso evaluativo pasaba totalmente inadvertido para las aspirantes, las cuales no se daban por enteradas, ni siquiera después del repentino y fulminante adiós que solía llegarles como un baldado de agua fría. Un día cualquiera, sin aviso ni "preaviso", se acababan las visitas, ya no pasaba al teléfono y desaparecía del mapa, como si nunca hubiera existido.
    
    Además de lo anterior, cada ruptura estaba mediada por una táctica adicional muy particular: no se desprendía de un noviazgo si no tenía otro a la mano. La condición era que la última conquista siempre debía poseer el atributo del que carecía su precursora. Su modus operandi era avanzar sigilosamente por saltos, sobreponiendo una nueva relación a la anterior hasta acabar con la más vieja. La infidelidad era la estrategia que le permitía preparar el terreno para no quedarse en el aire durante la transición. Las redes de su implacable seducción estaban todo el tiempo tendidas, por si alguna mejor candidata, en algún sentido importante para él, aparecía. Conclusión: a todas les había sido infiel.
    
    La causa del "despido" podía ser prácticamente cualquier cosa que le pareciera inadecuada o no negociable. En cierta ocasión, después de casi dos meses de relación, en un momento de rabia la novia levantó la voz y lo regañó. Nunca había ...
    ... pasado antes. Eso produjo en él una reacción totalmente desproporcionada. Comenzó a indagar los por qué, los cómo, loscuándo y los dónde de la "falta de respeto". Se dedicó sistemáticamente a confrontar y martirizar a la transgresora mediante la manipulación directa de la culpa: "Nadie me había faltado al respeto antes", "tu conducta no es normal", "si me quisieras, no me hubieras tratado así" o "estoy muy mal desde aquella vez". En fin, los intentos de reparación y las reiteradas disculpas por parte de ella no surtieron ningún efecto. Mientras tanto, el interés se había dirigido a un sector menos contestatario: "mujeres sumisas y respetuosas". El reemplazo no tardó en llegar: una muchacha quince años menor que él, abnegada y totalmente obediente ocupó su lugar.
    
    -Háblame de esta joven – le pregunté en consulta.
    
    A él le gustaba mi terapia, no tardamos en convertirnos en amigos después de un tiempo en el cual decliné amablemente sus invitaciones y le mostré que conmigo podía hablar sin ningún tipo de inhibición, que nada de lo que me dijera iba a salir de mi consultorio y lo mejor de todo, que nada de lo que dijera me iba a sorprender, yo creía haberlo oído todo. Nuestra relación terapeuta-paciente se volvió para él, como buen hombre competitivo que era, en una especie de franca lucha por parte suya para tratar de sorprenderme por el lado que fuera y por parte mía para tratar de "enderezar" su vida.
    
    -Que refrescante es poder hablar contigo – a la semana ya me tuteaba a ...
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