1. Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 2)


    Fecha: 20/03/2021, Categorías: Incesto Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos

    SEGUNDA PARTE: El chantaje de Esperanza
    
    Una vez que me vestí, decidí que lo mejor era marcharme. Salí del cuarto de Majo y me quedé allí quieto por un instante. Por la cabeza me pasó el pensamiento de averiguar si Esperanza nos había escuchado o no. Luego recapacité y pensé que no tenía mayor importancia, al fin y al cabo, Majo ya me había dicho que debía marcharme.
    
    El pasillo estaba oscuro, de hecho, todo el departamento estaba a oscuras, todas las luces apagadas, reinaba la quietud y el silencio. Caminé en dirección a la salida buscando no hacer ruido. De repente una mano me agarró del brazo y yo casi muero de un infarto. Era Esperanza, estaba recostada en el marco de la puerta de su habitación.
    
    Allí estaba, esperando, como quien acecha a su presa. Apenas me agarró del brazo y vio mi reacción de susto, me hizo un gesto con el dedo sobre sus labios, buscando que yo no hiciera ningún ruido. Me haló del brazo y me metió en su cuarto. Cerró la puerta con mucho cuidado mientras mantenía el dedo sobre su boca y la mirada fija en mí. Llevaba puesta una bata de baño, el pelo amarrado y estaba descalza. Apenas cerró la puerta puso sus manos sobre su cintura y luego, lentamente, desajusto el cordón que cerraba su bata. Quedó al descubierto. Yo no podía creer lo que estaba viendo.
    
    Esperanza es muy parecida a Majo, es casi idéntica. También es muy delgada, eso si, tiene un poco más de carne en las piernas y en las caderas comparada con Majo. Su cara se parece mucho, la ...
    ... diferencia está en el color de sus ojos, son cafés, al igual que su pelo. Ese pelo café y rizado que en ese momento llevaba amarrado sobre su cabeza. La otra gran diferencia es que Esperanza tiene unos senos enormes, de verdad que son grandes. Ligeramente caídos, pero preciosos.
    
    Una vez que abrió su bata se quedó mirándome fijamente, yo estaba totalmente quieto, casi congelado sin poder creer lo que estaba pasando. Muy despacio dio un paso hacia delante, acercó su cara hacia la mía y me besó en la boca. Fue un beso corto al que yo no respondí, solo permanecí allí inmóvil. Continuó diciéndome al oído “de aquí no sales sin cogerme”. Una vez alejó su cabeza y quedó nuevamente parada frente a mí la tomé de las manos, le expliqué que no podía ser, no podía pasar. Que no se lo tomara a mal, pero que tenía muchas razones para que eso no pasara. Le dije que amaba a Majo y que no pensaba destruir nuestra relación por un rato de placer. Le expliqué que no era falta de deseo hacia ella, es más, tuve que confesarle que apenas se había abierto la bata, a mí se me había puesto durísimo el pene, pero que debía comprender que era bastante riesgoso y no era correcto. Le di un beso en la frente, tratando de asumir una actitud paternal hacia ella, le dije que olvidáramos lo ocurrido y que se fuera a dormir. Apneas me dirigía a abrir la puerta ella volvió a agarrarme del brazo. Me haló con fuerza hacia ella e inmediatamente me dijo “la cosa está así, o me coges ahora mismo o empiezo a gritar ...
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