1. Bisexual me llaman


    Fecha: 25/02/2021, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... aquí no tenemos los típicos adictos al ejercicio con ánimo de hacer musculatura o los fachillas que creen que el boxeo es para pegarse en riñas de calle.
    
    Al mismo gimnasio va Miguel, aunque apenas coincidimos. Hoy se ha acercado a vernos a los del box para después tomar unas cañas conmigo y charlar. En resumen, se trata de decirme que le gustó mucho que le metiera la polla y ahora le gustaría follarme a mí, los dos solos, sin mujeres. En un primer momento no sé qué decir, pero sí, acepto sin reservas y nos vamos a su casa que está más cerca que la mía.
    
    Nos desnudamos rápidamente, besándonos sin parar, luchando con nuestras lenguas dentro de la boca, buscando ponernos más cachondos todavía, aunque ambos lucimos una buena erección. Miguel me conduce hacia el dormitorio para que me tumbe boca arriba en la cama, coloca las dos grandes almohadas bajo mi culo e inmediatamente comienza a comerme la polla con verdadera gula, metiéndosela muy dentro, volviendo al capullo, mamando con labios, lengua, dientes, la boca entera. ¡Qué bien lo hace, qué cachondo estoy!
    
    Del cajón de la mesilla de noche ha sacado un espray de suave aceite sexual, pringa su polla y después lleva los dedos de su mano derecha a la raja de mi culo, recorriéndola arriba y abajo varias veces hasta detenerse en el ano y meter los dedos bien lubricados. Me gusta la suavidad y delicadeza con que lo hace, a pesar de la urgencia que dice tener por penetrarme.
    
    Me ha preguntado si se debe poner condón y he ...
    ... respondido que no. Doy un respingo más bien de aprensión que de dolor cuando mete la punta de la polla en mi culo, lo noto claramente, pero no más que cuando Elena me penetra con un consolador. No se detiene, sigue empujando de manera constante hasta que toda está dentro, se sujeta abrazado a mis piernas abiertas dobladas por las rodillas, bien asentados los pies sobre la sábana, e inmediatamente comienza a darme un suave y lentometisaca.
    
    Me está gustando mucho, es muy parecida la sensación a cuando me encula una mujer con una polla de silicona, pero no es lo mismo, es mejor, será el calor de una polla de verdad o la percepción psicológica, pero el caso es que me gusta que me esté dando por el culo. Al principio estaba algo tenso y más aún cada vez que sentía la polla totalmente dentro de mí, pero como aconseja el dicho, me he conseguido relajar y estoy disfrutando, excitado, con ganas de correrme pero sin prisa alguna. No es el caso de Miguel, quien ha aumentado el ritmo y busca su corrida de manera desesperada, respirando con mucha fuerza, dándome unos buenospollazos, provocando que nuestros muslos choquen metiendo ruido.
    
    Se corre lanzando un grito no muy largo, ronco, en voz baja, apretado contra mí, abrazándose más fuerte aún a mis piernas dobladas, echando su semen dentro del culo —la verdad es que apenas noto otra cosa que un movimiento poco perceptible de su polla, quizás cierta humedad— y un nuevo bufido que da fin a su orgasmo. Me la saca, se tumba a mi lado, y ...
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