1. Bisexual me llaman


    Fecha: 25/02/2021, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    Bisexual me llaman
    
    Igual soy bisexual, yo qué sé, tampoco me preocupa, ¿acaso no da igual?
    
    Hasta hace no demasiado tiempo cuando oía cosas como bisexual,swinger, pareja liberal, intercambios, cambio de rol, pensaba que todo eso eran tonterías propias de gente que se aburre follando o quizás asuntos de maricones más o menos dentro del armario. El sexo que mola es follarse a una tía,pim-pam, pim-pam, darle gusto y que ella me lo dé a mí, cuantas más veces y más mujeres, mejor, o al menos eso he pensado siempre.
    
    Cuando conocí a Elena me quedé prendado de ella y, tal y como me dice, ella de mí. Guapa, elegante, desde el primer día follamos sin parar, de todas las maneras, en multitud de lugares, a todas horas. Joder, qué bueno, quépolvazos más cojonudos, cuánto placer mutuo. Casi me sorprendió un poco que siempre está dispuesta para follar y que no se corta ni un pelo, me pide lo que le apetece, me da lo que le pido y nada de hipocresía o malos rollos. A follar y a disfrutar. Así tendrían que ser todas las mujeres, sin comeduras de coco que sólo valen para limitar el placer que dan y el que reciben, además de crear dudas y malos rollos en la relación de pareja.
    
    La primera vez que me propuso montarnos un trío fue con una amiga suya, me pareció bien porque Encarna está tremendamente buena. Excitante a tope ver a las dos mujeres besarse, acariciarse, ponerse mutuamente cachondas, atender las dos al mismo tiempo a mi polla, ponernos ciegos cada uno con los otros dos ...
    ... cuerpos, observar cómo se chupan las tetas, cómo se comen el coño, metérsela a las dos según me apetece, pasar de una a otra, recibir todo tipo de excitantes caricias… Como si yo fuera el protagonista de unapeli porno y ellas estuvieran a mis órdenes. Ni pensé que en su caso se pudiera hablar de bisexualidad o algo así, sólo me importó que me corrí varias veces echando más semen que la manguera de una central lechera.
    
    Repetimos el numerito una docena de ocasiones, y cuando las dos me propusieron que el novio de Encarna se uniera a nosotros, no dudé, dije sí, en especial por la ilusión y ganas que ambas mostraban y quizás porque en ese preciso momento estaba muy excitado mientras una me comía la polla y la otra me metía la lengua en el culo. Como para decir no.
    
    Miguel es un tipo simpático, vacilón —electricista, trabaja con su padre en el negocio familiar— y en cuanto tiene tiempo se machaca en el gimnasio, dedicándole los fines de semana a Encarna, parece estarcoladísimo por ella. Ya me habían dicho Elena y Encarna que Miguel tiene buena polla, y ahora que le he visto desnudo puedo asegurar que es verdad, larga —veintitrés centímetros medidos por su novia— recta, de color moreno oscuro, un poco estrecha para mi gusto —yo calzo dieciocho y medio de largo por casi cinco de ancho, con la seta del capullo más gruesa todavía, levemente curvada hacia arriba, de color tostado claro— pero no es a mí a quien le tiene que gustar, supongo.
    
    En un primer momento me daba corte que ...
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