1. Perversiones


    Fecha: 23/02/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: TetasCelebres, Fuente: CuentoRelatos

    ... me haga una paja, ahora no te vayas a parar ¿eh? Quiero ver cómo te corres y hacerlo contigo.
    
    Mis palabras parecieron animarla, ya que se masturbó con más ímpetu, metiendo los dedos con más rapidez aún. Era increíble la capacidad de lubricación de la chiquilla, pues sus jugos inundaban su raja, resbalando hasta su culo y llegando incluso a mojar la silla. Al ver cómo arqueaba la espalda, comprendí que estaba a punto de correrse, por lo que aumenté la velocidad de mi mano, eyaculando al tiempo que observé salir de su interior esos jugos blanquecinos que tantas ganas tenía yo de probar.
    
    – Cielo, espero que te hayas corrido, me ha encantado masturbarme para ti.
    
    – Sí, lo hice, qué lástima no estar cerca de ti, me encanta verte.
    
    – Tengo que contarte un secreto, me has gustado desde que te vi. Y tengo ganas de estar contigo, pero de verdad, quiero que me folles. Por eso he aceptado mi nuevo destino; en cinco días iré a trabajar a Torrelavega. En principio es por un mes, pero si las cosas van bien y me interesa, puedo quedarme indefinidamente.
    
    – ¿De veras? Me encantaría, de hecho lo estoy deseando. Además te voy a hacer un ofrecimiento: vivo solo y en mi casa hay dos habitaciones, por lo que si quieres puedes pasar ese mes en conmigo, así no tendrás que buscar sitio. Eso sí, no es imprescindible que duermas sola, puedes dormir en mi cama si quieres, Jajaja.
    
    – Vaya gracias, te tomo por la palabra, pero lo de dormir ya se verá, no vaya a ser que nos acostumbremos ...
    ... demasiado. Ahora me tengo que ir. Déjame tu teléfono y te llamo. Un beso
    
    – Aquí le tienes… besos preciosa.
    
    Los días siguientes fueron los más lentos de mi vida. Llegaba el sábado y el jueves ya estaba de los nervios. No volví a tener noticias de ella en todos esos días, y yo me preguntaba si estaba haciendo bien. Era precipitado por mi parte meterla en casa, pues no la conocía, pero me hacía sentir tan bien… me preocupaba meterme en algo imposible, pues me temía que iba a acabar enamorándome, y ella me mandaría a paseo.
    
    El viernes no pude dormir apenas y me levanté con las sábanas pegadas al cuerpo, empapadas en sudor. Me di una ducha decepcionado, pensando que Paula se había reído de mí. Salí a la calle malhumorado, maldiciendo a Paula y al día que la conocí. Estaba en un bar que hay cerca de mi casa, donde suelo ir cuando quedamos a tomar blancos con los amigos, cuando me sonó el teléfono.
    
    – ¿Sí?
    
    – Jorge, soy Paula,
    
    – Ehhh hola, ¿dónde estás?
    
    – Pues estoy en Torrelavega, dime dónde vives para llevar las maletas.
    
    – ¡Claro! Dime dónde estás y te indico el camino.
    
    – Pues estoy al lado de una rotonda, en un concesionario de Peugeot.
    
    – Espérame que estoy aquí al lado, voy a buscarte.
    
    – Vale hasta ahora.
    
    ¡Había venido!
    
    El concesionario estaba a 500 metros de mi casa, por lo que fui andando hasta allí. En realidad, más que andar corría aparatosamente, apoderado de un nerviosismo inusual en mí.
    
    Allí estaba ella, espléndida. Su melena rubia ...
«12...456...»