1. El dulce placer de la esclavitud y la sumisión (Parte 2)


    Fecha: 05/02/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Paulina_minerva, Fuente: CuentoRelatos

    ... a un sostén de tela rojo; un sostén tan chico y escotado (se cerraba atrás de mi espalda) que de hecho dejaba al descubierto gran parte de mis tetas e incluso mis pezones. El delantal venía unido en la parte de abajo a una minifalda del mismo color; una microfalda igual a las de las bailarinas de ballet (de color negro) muy levantada y minúscula: se podía ver tanto mis vellos públicos como el inicio de mi colita. Parecía una ramera de la alta con dicho uniforme.
    
    Después de que Sonia y su madre me usasen a su antojo, me dejaron regresar a mi domicilio, aunque yo me sentía como un elemento más de aquella casa y la sentía como mía y no donde vivía con mi tía y dos mujeres que hacían la limpieza; no se como lo hice pero logré ocultar ante ellas tanto las marcas que me hicieron sobre mi cuerpo como las imágenes que tomaron mientras disfrutaban y abusaban de mi cuerpo. Esas imágenes son lo único que me queda de mi relación con Sonia, pero no nos precipitemos y sigamos con el orden de las cosas. Aquella noche después de saludar a mi tía y cambiarme de ropa, cenamos las dos juntas. Posteriormente me fui a dormir. A la mañana siguiente Sonia me estaba esperando en un parque cercano a mi casa, junto a ella había una bolsa pequeña, después me mostraría el contenido de la misma. Me llevó hacia un piso situado en una de las zonas más lujosas de mi ciudad; para ser precisos, a un hotel lujosísimo de la ciudad. Pero un hotel ubicado en una zona de prostitución y vicio. Después de ...
    ... pagar por una habitación, ella me llevó del brazo hacia una habitación del octavo piso. Nada más cerrar tras de mi la puerta del mismo comencé a desnudarme, no había hecho nada más que despojarme del sujetador cuando entraron dos desconocidos. Intenté cubrirme pero Sonia me soltó un fuerte bofetón que hizo que me desnudase delante del mismo, aunque me puse roja como un tomate.
    
    - “¿Quien te ha dado permiso para que avergüences?, recuerda que eres MI PUTA y que puedo hacer contigo lo que quiera y si quiero entregarte a cualquiera lo haré y tu debes comportarte como si estuvieras conmigo. Y bueno amigos, a disfrutar de la puta; me pagas después abajo.
    
    Al instante lo comprendí: yo iba a ejercer de prostituta. No podía creerlo: iba a ser una prostituta. Antes de irse, ella se paró atrás de mi (yo estaba de rodillas tan como me lo había ordenado, ante un sofá). Me jaló del cabello hacia atrás, haciendo que yo tuviese que inclinar mi cabeza boca arriba.
    
    - “Me han dicho que has disfrutado como una puerca, porque será lo último que podrás ya que desde este momento solamente lo podrás hacer con mi autorización, en caso de desobediencia serás castigada. A nadie le importa si sufres o disfrutas por lo que te queda prohibido que gimas y cuidadito con correrte sin mi permiso porque serás castigada con crueldad, recuerda que eres una esclava y todo lo que puedes hacer es porque YO te lo permito…”, me dijo Sonia en un tono que no admitía discusión.
    
    ¿Queréis que continúe con el ...