1. La pérdida de la inocencia


    Fecha: 11/01/2021, Categorías: Gays Autor: Pavic, Fuente: SexoSinTabues

    ... que pretendió hacer en un principio le resultaba a la perfección, y lo que era una posición en extremo difícil para muchas mujeres el niño lo había convertido en una especialidad express, haciendo contacto firme y caliente sólo su culito apretado y resbaladizo, con mi tronco cavernoso. -“Gonzalo, Gonza, ohh ohhh, ahhh, ahhh, no me falta mucho, Gonzalito, ahhhh” -“¿Mucho para qué?”- preguntaba sin dejar de jadear, moverse y gemir- -“Para acabar con tus cosquillas, no pares, no pares por favor”- -“Ahh, ahhh, ahhh, profe, qué me está pasando, qué me está pasando”- - “Gonzalito, ahí viene, ahí te va, sigue, sigue, sigue, sigue”- -“Cosquillas, cosquillas, cosquillas”- -“Lo sé Gonzalito, lo sé, no pares, no pares por favor” -“Ayy, ayyy, ayy, qué es lo que me pasa, que es lo que me pasa, mi estómago arde por dentro, profe, profe, ahh, ahhh”. “Gonzalito, ahí te va, ahí va, ahí va, ohhh, ohhh, ohhh… ahhhhhhhhhh” Puse mi mano en su pubis al ritmo del vaivén y litros y litros de mi mejor semen regaron el interior del culo del niño, casi al llegar al quinto chorro Gonzalito aumentó sus espasmos, su cuerpo comenzó a tiritar y exclamó un grito que llenó toda la casa, suspirando, con sus gemidos que poco a poco iban bajando, dibujándose en su rostro una sonrisa de satisfacción al alcanzar el primer orgasmo de su vida, quizás no en la forma que la naturaleza hubiese preparado para él, pero sí en la forma que él quiso que ocurriese. Me senté en la cama, lo atraje hacia mí, nos abrazamos ...
    ... en similar posición y nos besamos hasta perder la noción del tiempo. Al día siguiente amanecí con Gonza durmiendo en mi pecho, desnudos, rendidos, exhaustos y casi sin tiempo para reponernos. Lo dejé dormir un rato más, le preparé el desayuno tal y como le había prometido a su madre, me di una ducha y me dispuse a despertarlo antes de que llegaran los chicos junto a sus padres para embarcarnos en el viaje que parecía haber olvidado. Al despertarse me miró sonriente, me abrazó con su cuerpo aún desnudo y me susurró al oído: “lo sabía, lo sabía”. Tras bañarse y desayunar, constantemente me buscaba para besarlo, mis labios estaban casi entumecidos de tanto ósculo y para mi premio, de aquí en adelante sabía bien que podía tocar sus labios al mismo tiempo que mis manos apretaban su culito desvirgado. En la media hora que nos quedaba previo a la llegada, y a pedido de Gonzalito, volvimos a coger, aunque en la sala de piano, follándolo de pie, con sus piernas abiertas y sus manos apoyadas en las teclas de marfil, bombeando suave primero y acelerando después, para acabar muy dentro de él en esa misma posición con mi mano derecha abrazando su espalda, con la izquierda sirviendo de apoyo y mi boca devorando su oreja izquierda y cuello mientras él se colgaba de mí desordenando mis cabellos y alcanzando su segundo clímax. En la hora acordada, y cuando el bus iniciaba su marcha, los chicos se despedían de sus padres por la ventana, Gonza y yo nos sentamos juntos, al final de la fila, y ...