1. Usted mira en dos direcciones


    Fecha: 05/01/2021, Categorías: Confesiones Autor: FilosofoAullado, Fuente: CuentoRelatos

    ... es sinónimo de monogamia, es algo cultural. Usted me pregunta que si le perdonaría a mi esposa una infidelidad, y le contesto, sinceramente, que sí. Yo amo a mi esposa, así que no hay nada que quiera para mí que no quiera, a su vez, para ella. Usted me dice que hay pocos hombres como yo. Le digo que estoy de acuerdo. Nos reímos ambos.
    
    Entramos a la casa. Hay un camino de piedras y usted trae tacones. La tomo de la mano para que no se caiga. Usted prefiere tomarme del brazo, y así caminamos. Tocamos el timbre. Traigo las llaves pero es posible que los jóvenes del servicio estén aún en casa. Sale una chica delgada y muy guapa a atendernos. Usted es el licenciado F, pregunta. Respondo sí. Lo estaba esperando. Le entrego la cabaña limpia, pase una excelente noche. Le doy una propina. Antes de irse, nos guiña el ojo a los dos. Al parecer todos los sirvientes saben perfectamente lo que pasa en esta cabaña. Pero nadie dice nada, cuando llega un nuevo empresario, reciben su propina, se callan y se van. Funciona de maravilla el sistema. Tanto que encontramos una botella de champán enfriándose y camarones al coco en el horno. Usted me dice con una sonrisa, ¿cómo planeó todo esto? Yo no tengo corazón para decirle que no sabía nada de esto. Encuentro una nota de bienvenida. Le digo, Ya ve, como soy de esplendido. Una diosa como usted se merece lo mejor. Y no miento al decirlo. Comemos y bebemos. Incluso encuentro un tocadiscos con un disco viejísimo, Money Jungle de 1962 a cargo de ...
    ... Duke Ellington, Charles Mingus y Max Roach. El sentido del humor de los millonarios no deja de sorprenderme. Pongo la pieza Solitude y bailo con usted muy despacio, tomándola de la cintura con fuerza y amor. Pongo mis labios en su cuello, huelo su cabello. Es usted hermosa, le digo, y soy sincero al decirlo. Para mí, en este momento, no hay mujer más hermosa que usted.
    
    Hace calor aún de noche en este pequeño pueblo. Quisiera que fuera invierno para darle un toque romántico a la velada prendiendo la chimenea. Pero en lugar de ello, prendo la ventilación. Le digo que se coloque un antifaz con el que no puede ver nada. Usted duda. La beso en la boca larga y prolongadamente. Mi lengua se introduce hasta su garganta mientras suena Jeep’s blues. Mi beso despeja sus dudas y se coloca el antifaz. Tomo sus pies, beso tus zapatos. Chupo la punta de sus tacones. Quitó el zapato derecho y beso su pie, su pantorrilla, aún por encima de las medias. Levanto la falda. Me encanta ver sus piernas tan suaves y su sexo tan mojado. Desabrocho los ligueros. Quito su zapato izquierdo. Suavemente deslizo sus medias hasta quitarlas por completo. Son negras igual que su falda. Las doblo y las coloco con cuidado sobre la mesa del estante. Beso sus pies, me encantan, beso cada línea, cada contorno de exquisita textura. Sus dedos delgados y perfectos, los chupo y muerdo con los labios. Después de eso le vuelvo a poner los tacones.
    
    Empiezo de nuevo a besar sus tobillos, sus rodillas, sus muslos, la ...
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