1. No fue una noche mas


    Fecha: 02/01/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... superior a la que tengo en la cinta de nadar cuando corro varios kilómetros sin salir del gimnasio: estoy segura que me viene bien este tratamiento para mi régimen de adelgazamiento.
    
    Parecía que tendría un buen rato de relajación, pero no fue así. La polla de Alberto había respondido al tratamiento que le había dado mi boca y, de forma firme pero delicada, me estaba colocando a cuatro patas para, casi inmediatamente, penetrarme. No faltaba lubricación, eso estaba claro, pero el tamaño de su pene se notaba de forma considerable. Lentamente comenzó a moverse mientras con su mano derecha me acariciaba el clítoris de forma suave, alternándolo con mi teta derecha de forma no tan suave. Pronto empezó a incrementar su velocidad, estaba claro que no tenía el aguante de Abel. Con su mano sobre la parte trasera de mi cuello, comenzó a darme fuertes embestidas. Empujándome hacia abajo consiguió que mi cara terminara sobre la cama. Aprovechando que mis manos descansaban sobre las sábanas, me cogió por las muñecas y tirando de mis brazo hacia atrás, separó mi torso del colchón y quedó suspendido mientras continuaba con su golpes tras de mí. Mi pechos me dolían pues se bamboleaban al ritmo de sus movimientos y chocaban entre ello, sin que yo pudiera hacer nada al respecto. Estaba disfrutando otra vez.
    
    Entró Abel nuevamente y supongo que la escena le pareció más que estimulante. Se acercó y puso su lengua cerca de mi boca, saqué la mía y amabas de rozaban al compás que Alberto ...
    ... marcaba, que en ese momento era tremendo. Abel saltó al suelo y pidió a Alberto que parara. No me lo podía creer. ¿Qué le pasaba a este ahora?. – Son las 3 y ya teníamos que estar en la estación – gritó a su amigo. La cara de preocupación de Alberto sustituyó a la de relajación que tenía tras la parada. – No me dejareis así ahora ¿no? - espeté a ambos. – Eres insaciable, Alejandra, no podemos contigo – se excusó Abel. Alberto negó con la cabeza y de un salto se tumbó en la cama boca arriba, mientras se colocaba bien el condón que ya tenía puesto, - ven preciosa, súbete rápido que vas a ver si podemos contigo o no – señaló con seguridad. Me senté sobre él, introduciéndome su verga rápidamente y empecé a subir y bajar a buen ritmo. – Dale por el culo a esta zorra que es lo que está pidiendo a gritos – exclamó Alberto a Abel que se encontraba ya vistiéndose. No tardó un momento en volver a desnudarse y colocándose un preservativo que buscó entre la ropa que acababa de tirar se colocó detrás de mí. Cogiéndome de las caderas me levantó hasta conseguir que la polla de su amigo saliera, para introducir la suya. - ¿No te han dicho que me la metas por detrás? – le indiqué con sorna y algo de desprecio. – Pensaba lubricare un poco, pero dado que me lo pides así – y de un golpe la sacó, se puso en pié mientras Alberto volvía a follarme, y sin contemplaciones me agarró por las caderas con una mano y con la otra dirigió su pene hacía mi culo, penetrándome de forma salvaje. El sexo anal no es ...
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