1. ¡A los pies de todas!


    Fecha: 23/12/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    ... eran un poema por demás puerco anunciándonos las cosas que irían a pasarnos con ellas.
    
    ¡Debimos desnudarnos ahí... ahí mismo! De rodillas y ante cada una, las veíamos descalzarse entre sus risas y carcajadas, y sus miradas a nuestras caras haciéndonos aquellas morisquetas entre risitas y sacaditas de lengua. Sus plantas, descalzas ya y húmedas en sudor y olorosas...iban apoyándose en nuestros rostros. Empezamos a lamer, lamer y lamer...
    
    Era el comienzo, de un placer fetichista que ni por asomo, habíamos imaginado así conocer.
    
    Cierta vez me había alguien comentado que cuando un varón en estado de excitación es sometido a sentirle el olor y el sabor de una planta a una chica, automáticamente queda éste capturado en ese súbito placer que no se vá mas, nunca jamás, de su erótico sentir.
    
    ¡Era verdad! Un volcánico placer comenzaba en mis sentidos a experimentar mientras mi lengua recorría la sudorosa planta olorosa de aquella hermosa chica que eso me estaba ahí haciendo mientras burlonamente reía, reía y reía, y yo sentía infiernos de calentura sexual recorrerme la humanidad entera, ¡entera enterita!
    
    Como idiotizados luego de lavarles los pies con nuestras lenguas, comenzamos a ser de ellas sus eróticos juguetes, y aquello en aquel parque comenzó a tornarse en la más fantástica orgía ...
    ... en la cual diez hermosas muchachas, se regodeaban impúdicamente sometiendo a diez chicos, a las más arrolladoras prácticas donde el hacer y el hacer de ellas, era única norma proporcionándoles todo el placer que como deseaban tenerlo lo tenían, mientras que, en nosotros, una avasallante caravana como enloquecedora nos iba sumiendo en cascadas orgásmicas que ellas sabían arrancarnos entre nuestros desgarradores alaridos de enloquecido placer, y el tronar de sus risas, carcajadas y mil exclamaciones gozando tan gorda cosa.
    
    Nunca nuestras masculinas lenguas habían tenido que recorrer tanta femenina anatomía.
    
    Desde los pies hasta el alma, creo que todo, pero todo lo que se dice así TODO, a troche y moche tuvimos que lamerles.
    
    Nuestros cuerpos masculinos fueron el paseo preferido de sus manos y sus pies, y una y cien y cien mil veces nos culeaban como desvergonzadas, y nuestras dignidades fueron por ellas usadas como plantillas de su calzado.
    
    Así, exactamente así, fue como caímos a los pies de aquellas muchachas.
    
    Y encima...quedando para siempre en nosotros, el fetiche de sentirnos como idiotizados, ante los pies de una chica.
    
    ¿Por qué negarlo? Así resultaron las cosas, y así, como estampadas con un sello, quedaron esas realidades que para siempre nos dejaron ¡a los pies de todas! 
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