1. Karina, ojos verdes


    Fecha: 19/12/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: FilosofoAullado, Fuente: CuentoRelatos

    ... tirantes. Besaría tu tráquea, cada huesito de tu cuello. Aceleraría el movimiento de mis dedos dentro de ti, al sentir tu humedad, como te abres, como una flor. Llevaría mis dedos a la boca para sentir tu sabor. [Al escribir esto, ella se levantó de la silla y levantó su vestidito hasta que le vi las bragas, negras y de encaje, pequeñitas y sensuales; desabotonó despacio sus ligueros y me mostró sus piernas, deslizando con suavidad, hacia sus pies, las medias con extrañas figuras geométricas. Sus piernas, de verdad, eran espectaculares, fuertes, blancas y torneadas, se veían duras y sin embargo suaves al tacto.]
    
    —Sigue, no te detengas.
    
    —Desabrocharía tu vestido, sólo quitaría la parte de encima para deleitarme en la visión de tus pechos. Por encima del brasier los acariciaría y acariciaría también tu ombligo. Luego quitaría tu sostén y lamería cada centímetro de tus grandes y frondosos pechos, movería mi lengua en tenues zigzags de la base hasta la punta de los pezones, en movimientos circularías, jugaría con ellos. Sin dejar de masturbarte, empezaría a mordisquear tus pezones, para que sientas ese choque candente entre dolor y placer. Siente mis dientes, apretando cada vez más fuerte y mis manos moviéndose cada vez más rápido hasta que derrames tu mar de miel en mis dedos. Así, con los dedos llenos de tu esencia, dibujaría espirales en tus pezones, para después chuparlos y mamarlos como un lactante. Mordería con la comisura de los labios mientras soplo, jugando un ...
    ... tanto con la temperatura. Llevaría tu mano a que palparas mi pantalón para que sientas lo excitado que me pones. Quiero que bajes el cierre y lo tomes en tu mano para masturbarlo, que lo sientas cada vez más grueso entre tus dedos. Y en ese hechizo de la noche, perdernos en el éxtasis y el delirio de ser prohibidos. [Mientras escribía esto, ella se puso de pie y se quitó el vestido y el brasier, quedando en puras bragas y tacones. Tocaba sus senos que de verdad eran enormes con pezones igualmente grandes, rosáceos y deliciosos. Unos senos redondos, perfectos y a simple vista, naturales. Por debajo de las bragas metió la mano derecha y se comenzó a masturbar. Abrió las piernas, alejó un poco la cámara para que pudiera verla completa. Era, lo juro, lo más hermoso que había visto en mi vida. Sólo dejó de masturbarse para escribirme.]
    
    —Por favor no te detengas, escríbeme hasta que me corra para ti. Hazme tuya.
    
    —Me hincaría frente a ti, como la diosa que eres, para beberte. Lamería todo tu jugo, metiendo mi lengua y frotando tu clítoris, provocándote con besos y mordiscos por tus piernas y tus muslos. Besaría tus rodillas, tus pantorrillas y tus pies. Lamería tus tacones y subiría de luego, arremetiendo con mi lengua dentro de tu cueva sagrada. Movería mi lengua como una serpiente y chuparía tu clítoris mientras meto dos dedos y provoco que te corras como loca. Luego me pondría de pie frente a ti y metería mi verga en tu boca, sujetándote de los cabellos, la metería durísimo. ...