1. Karina, ojos verdes


    Fecha: 19/12/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: FilosofoAullado, Fuente: CuentoRelatos

    ... me vino a la mente, a saber, que yo y muchos hombres éramos iguales de olvidadizos y canallas. Le dije, en cambio, que eso no se le hace a una mujer y que ese tal Ricardo era un pendejo por no valorar a la mujer que tiene al lado.
    
    —Y me puse guapísima para él.
    
    —¿Cómo?
    
    —Me arreglé todo el día, me fui al spa, me compré un vestido negro, corto, pegadito y unas medias sensuales.
    
    —Suena bien.
    
    —Suena terrible. Me quedé sola, deseosa, fumando un cigarrillo tras otro y con una botella de vino en la mano.
    
    —Al menos tenías vino
    
    —Bendito vino
    
    —¿Y cómo traías el cabello?
    
    —Sencillo, con un molote, listo para que ese imbécil me lo soltara en un solo movimiento. Pero lo mejor era mi vestido, se me veían las piernas espectaculares.
    
    —Me gustan las chicas con piernas espectaculares.
    
    La conversación siguió en ese sentido, un coqueteo inocente que fue subiendo de tono. Al poco tiempo la imaginé enlutada en un vestido caro, con los labios húmedos de labial y vino, sus piernas espectaculares, bebiendo directamente de la botella y prendiendo un cigarrillo tras otro. En esa bella imagen mental me deleité por un instante. Luego le pregunté, no sé por qué, si se pensaba embarazar de Ricardo, y me dijo que lo habían intentado pero que al parecer alguno de los dos no era fértil. Me puso el ícono de una sonrisa que se me antojó amarga. Por el lado positivo, agregó, Puedo beber y fumar todo lo que quiera sin bebés en la casa. Entonces intuí que en ese mismo momento estaba ...
    ... un poco ebria.
    
    —¿Estás tomando?
    
    —Una copa de vino
    
    —Qué rico. Yo no tengo más que cerveza.
    
    —Tómate una conmigo.
    
    —Ok. Salud.
    
    —Esa es trampa
    
    —¿Cómo sabes?
    
    —Mejor por Skype
    
    Yo tenía cuenta de Skype pero empolvada. La saqué cuando estuve trabajando para una empresa de comerciales, sin embargo, mis únicos dos contactos eran vendedores. Primero descargué un sinfín de actualizaciones y después la agregué. Me mandó solicitud de conversación por cámara y dudé. La verdad estaba en mi peor momento, desaliñado, con la barba crecida, sin bañar, fumando y ahora con una cerveza en la mano. Acepté la llamada pero dirigí la cámara a la cerveza. La destapé para que lo viera.
    
    —No se vale, quiero ver tu cara.
    
    —Ya así sabes que no hago trampa
    
    —Pero quiero ver tu cara cuando brindes conmigo
    
    —Para ti es fácil porque estás hermosa, yo estoy para el carretón de la basura
    
    —No importa
    
    De verdad estaba hermosa. Ojos verdes y sonrisa perfecta, sus dientes estaban parejos y blancos, como de la más fina porcelana. Su cabello rubio era largo, traía una blusa floreada con un generoso escote en el que se adivinaban dos frondosos y enormes senos. No me esperaba, lo confieso, el detalle de los senos. Hasta el momento sólo había visto fotos de su rostro. Levantó la copa de vino con sus uñas negras y el vino lucía delicioso pero aún más sus labios humectados por el dionisíaco elixir. Tomé valentía o desfachatez no sé de dónde y levanté la webcam, la puse sobre mi cara y ...
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