1. El favor


    Fecha: 24/11/2020, Categorías: Infidelidad Autor: FMalvino, Fuente: CuentoRelatos

    ... mujer mientras seguía chupando.
    
    Cuando la noto bien dura, Viviana, abrió sus piernas para que ese aguijón la picara otra vez.
    
    La mujer cabalgó encima de su querido semental, viajó por praderas de placer y lujuria. Las manos masculinas tocaban su cuerpo, apretaban sus nalgas y cuando no, sus pechos, racimos maduros que se ofrecían aquellos labios insaciables.
    
    Los cuerpos sudorosos se estremecieron y el semen broto como una fuente, llenando las entrañas de aquella feliz jinete que festejó la acabada como un gol de campeonato.
    
    El sol fisgón los despertó antes que la alarma del reloj. Viviana vio el cuerpo de su amigo desperezarse y le pareció magnifico.
    
    El vio su carita alegre dándole los buenos días y no pudo evitar una erección.
    
    -“Wooww” Exclamó ella sorprendida.
    
    -“Ah, lo tengo muy bien educado, es su forma de saludarte y agradecerte por lo de anoche”- Agrego el vendedor risueño.
    
    -“Gonza, sabes una cosa…yo le dije a Carlos que no te daría la cola, pero te la ganaste. Háchemela, como se la hiciste a Adriana, aunque no me pueda sentar en tres días” - Le propuso la comerciante, poniendo su cara más puta. Esa misma cara ...
    ... con la que sedujo a su hermano, cuando desnuda se le metió en la cama durante la siesta de ese caluroso verano.
    
    Ella, se puso en cuatro patas, de cara al espejo, quería ver a su amigo gozar. Gonzalo, cuando vio aquellas nalgas regordetas esperándolo, se obnubiló. Encendido en pasiones la penetró de una. Viviana recibió la embestida vigorosa de aquel minotauro alzado y gritó complacida. Veía la cara desfigurada por la libidinosidad de Gonzalo y se dejó llevar por ese rico baile erótico cuyos gemidos escapaban incontenibles de su boca. El hombre estaba radiante de alegría, esa cola respingada al fin era suya. Si bien, no era apretadita como la de su novia, era muy cómoda y sabrosa. Podía arremeter con toda la furia sin tener que cuidarse de no lastimar a su compañera.
    
    Viviana tenía la cola bien hecha, dado a Carlos le encantaba divertirse allí. El ritmo frenético terminó en otra gran acabada en medio de aullidos, como gatos apareándose, valga la redundancia.
    
    Al año, Gonzalo y Adriana, fueron los orgullosos padrinos de Mathías, un simpático gordito, hijo de Viviana y Carlos que felices no paraban de mimarlo y de besarlo.
    
    FMALVINO 
«1234»