1. Tres amigas 1


    Fecha: 14/11/2020, Categorías: Jóvenes Autor: quind, Fuente: RelatosEróticos

    Primero déjenme presentarme. Me llamo Susana, tengo 13 años, soy delgadita y más bien bajita. Aun no me ha crecido mucho el pecho, las tengo como melocotones pequeños, pero tengo un bonito culo todo redondo y durito. Mi pelo es moreno claro y mis ojos oscuros casi negros. Suelo llevar vestidos de falda amplia, pantalones cortos, camisetas y ropa cómoda y ancha.
    
    Debido al trabajo de nuestros padres, que viajaban mucho, mi hermana Silvia y yo vivíamos con nuestros abuelos en un pequeñísimo pueblo perdido en medio de montañas.
    
    Mi hermana, físicamente, es prácticamente igual que yo, aunque más bajita. Tiene cuatro años menos que yo, pero a sus 9 años ya es muy bonita. Pelo y ojos oscuros como los míos, sin nada de pecho, pero con un culito súper redondo y durito.
    
    Aunque Silvia y yo seamos muy parecidas, ella es mucho más abierta y extrovertida que yo. A mí siempre me daba vergüenza hablar con desconocidos pero a ella le encanta hacer nuevos amigos, cosa difícil en nuestro pueblo, ya que los otros niños son mucho más grandes que nosotras o bebés y no hay más niñas.
    
    Durante el verano pasado vinieron al pueblo los nietos de un vecino cercano para pasar las vacaciones. Eran una chica de mí edad, Martita y su hermano mayor, Jorge de 16 años.
    
    Martita era delgada y alta, con el pelo rojizo, un montón de pecas y los ojos color miel. Tenia unas tetitas más grandes que las mías y bastante más culo. Aparentaba más años de los 14 que tenía.
    
    Silvia se hizo rápidamente amiga ...
    ... de Martita y al poco ya jugábamos las tres juntas durante casi todo el día. La verdad es que no hay nada que hacer en el pueblo y no había más niñas de nuestra edad, así que nos pasábamos el día las tres jugando en una antigua caseta de pastores abandonada.
    
    La caseta tenía una sola habitación con una pequeña ventana, el suelo de tierra, una chimenea para cocinar, una mesa y cuatro sillas muy viejas. Pero al estar algo alejada del pueblo nos daba intimidad. Allí nos peinábamos y maquillábamos, leíamos, jugábamos y bailábamos mientras escuchábamos nuestra música favorita sin molestar ni ser molestadas.
    
    Un día, hacia la mitad del verano, Martita apareció en nuestro refugio con su hermano Jorge. Era bajito y delgado con el pelo rojo encendido y los ojos miel como su hermana. Aunque era mayor que nosotras parecía un niñito más joven y muy tímido. No vimos problema ninguno a que jugase con nosotras ya que los otros chicos del pueblo eran mayores y muy brutos por lo que se metían con él por su aspecto aniñado.
    
    Estuvimos jugando los cuatro a las cartas y hablando. Cuando al cabo de un rato Jorge salió a fuera un momento, supongo que a hacer pipi, Martita nos dejo atónitas a mi hermana y a mí cuando de pronto dijo:
    
    - ¿Alguna vez habéis visto un pito grande de hombre?
    
    - ¡No! -Respondimos al unísono-.
    
    - ¿Y no os gustaría ver uno?
    
    Al principio no sabía que decir, pero Silvia, sin pensarlo ni un poco, dijo que sí.
    
    Yo asentí también más por curiosidad que otra cosa, ...
«1234...»