1. El cuerpo lleno de encantos de mi cuñada


    Fecha: 31/10/2020, Categorías: No Consentido Autor: Risistasman, Fuente: CuentoRelatos

    ... saber que debía de hacer, pero fue ella la que tomo la iniciativa y comenzó a moverse, rotando el trasero, la cintura como un torbellino de pasión y yo, torpe pero buen alumno de tal maestra en el amor, me deje llevar por ese huracán de lujuria y le bombee meciéndome y saliendo varias veces a golpes rítmicos e intensos en ese pozo del goce increíble, que pronto estuvo encharcado por sus jugos.
    
    No sé el tiempo que transcurrió entre el inicio y el final de ese gran polvazo que ambos disfrutamos, pero cuando me di cuenta de que sus pezones estaban erectos y se me ofrecían a mi boca, como golosinas no me hice esperar y chupe uno de esos fresones y entonces como ella era una madre que amamantaba a su hijito, mi sobrino, le vino la crecida de leche y comencé a beberme el lácteo alimento notando como se llenaba mi boca del líquido vital que brotaba de sus senos maternales.
    
    Sin poder evitarlo sentí que me corría a borbotones en su conejito y ella no me dejo escapar de su vientre y seguimos haciendo el amor dos veces más, hasta que ahíto del placer me quede exhausto sobre su cuerpo sensual y hermoso y allí espere a que con sus trucos de mujer experta en las artes del sexo, consiguiera mi cuñada hacerme levantar mi pene con su boca juguetona y viciosa, y disfrute así gracias a Raquel de una felación satisfactoria que me devolvió la autoestima, convirtiéndome en el semental más feliz del mundo.
    
    Su boca me recorrió todo ...
    ... mi pene desde el glande hasta la raíz y en el sentido inverso.
    
    A veces poniendo la boca en forma de aro, con los morritos preparados como una colegiala viciosa me fue absorbiendo y expulsando el pito, a la vez que me acariciaba los testículos vacíos por ella y que fue capaz de llenarme otra vez con sus impúdicos sobeteos y caricias.
    
    De repente sentí un frio enorme recorriéndome la espina dorsal y sin poder evitarlo me vacié en su boca y ella, igual que hice yo al amamantarle su teta, se bebió mi leche sin hacerle ascos, la muy puñetera.
    
    Se veía claramente que no era la primera vez que se la mamaba a un hombre.
    
    Acabaron las vacaciones y regresé a casa.
    
    No obstante convencí a mama para que le alquilase un piso en nuestro mismo edificio y aunque ella vive a solas con su hijito que ya ha cumplido los tres años, cada tarde con la excusa de hablar un rato con ella, me voy a su casa y hacemos el amor sin tabúes, disfrutando a tope de nuestros cuerpos.
    
    Ya tengo más de veinte años y sin embargo no me atrevo a buscarme novia, porque aunque lo intento ninguna de las jovencitas con las que salgo, le llega ni a la suela de sus zapatos a Raquel, que es mi amante irremplazable.
    
    Mi cuñada amante quiere que cuando sea mayor me case con ella, pero yo no deseo atarme con un sacramento a ninguna mujer, sino sentirme el macho más afortunado gozando de un cuerpo tan increíble y lleno de encantos como es el de Raquel. 
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