1. El cuerpo lleno de encantos de mi cuñada


    Fecha: 31/10/2020, Categorías: No Consentido Autor: Risistasman, Fuente: CuentoRelatos

    ... senos y se arrancó unos pelitos que al parecer brotaban de sus areolas y que le hicieron proferir unos suaves quejidos de dolor.
    
    Después se quitó los pantalones ajustados de color negro, que llevaba por casa y unos segundos más tarde se quitó las bragas.
    
    Casi me eche a sus brazos, cuando se comenzó a frotar el vientre, y a peinarse con la mano los pelos que recubrían su vulva.
    
    Le vi los gruesos labios rosáceos violetas, y la cresta que surgía en su sexo.
    
    La abertura femenina, el coño de mi cuñada era un bastión hasta ese día inexpugnable, pero confiaba que pronto pudiera conquistarlo y al logro de ese objetivo iba a poner en juego toda mi astucia y sangre fría.
    
    Se metió desnuda en la cama y al verme con el pantaloncito, me dijo que parecía un niño cursi, queriendo tapar ese rabo que ella no me iba a comer, entre otras cosas porque no necesitaba a ningún hombre, para sentirse realizada plenamente como mujer.
    
    Me quite herido en mi amor propio mi pantalón y ese miembro enorme, grueso y largo salió provocativo, reivindicando el papel de semental, de hombre viril que no tolera a una dama, por muy cuñada que sea, que vilipendie a los hombres y al gran papel que realizamos en el maravilloso proceso de la reproducción humana.
    
    —¿Sabes que tu hermano era impotente? ¿Nadie te ha contado que el hijo que he dado a luz, es fruto del semen de un donante anónimo, que compramos en un Banco de esperma?
    
    —Tú eres frígida y no sabes lo que es hacer el amor con un hombre ...
    ... de verdad. Yo también lo haría con una muñeca hinchable, pero la verdad es que no me gustan los sucedáneos y cuando pierda mi virginidad, será con una hembra de verdad, a ser posible tan guapa y maciza como eres tú.
    
    —¿Tu tendrías la poca vergüenza de follarme a mí, que soy tu cuñada?
    
    Me quede mirándola con rabia y la abrace besándola a traición en esa boca de labios dulces y sensuales, que mordí excitadísimo y que me hizo subir a la gloria del placer, cuando nuestras lenguas se fundieron en un beso de fuego.
    
    No sé cómo pude hacerlo, pero lo cierto es que logre tumbar a Raquel boca arriba.
    
    Entonces me subí sobre ese cuerpo adorable y busque con avidez su agujero vaginal.
    
    Ella me cogió mi enorme miembro con la mano y como por accidente me coloco el glande morado por la excitación en la entrada de su cuevita y abrió de par en par las piernas, colocándome viciosa poco después los pies tras la nuca en una postura circense que le agradecí entusiasmado.
    
    Apreté con timidez un poco y luego dejándome llevar por los nervios le metí todo mi tronco de carne en su coño y se lo hundí hasta que nuestros pelos púbicos se juntaron.
    
    ¡Estaba totalmente dentro de ella!
    
    Pensé en que Raquel iba a rechazar mi salvaje acometida, esa especie de violación que pronto me di cuenta que no podía conceptuarse así, ya que ella había colaborado activamente para que nuestro coito pudiera realizarse, sin problemas.
    
    Cuando mi gran poste estuvo dentro de su sexo, me quede embobado sin ...