1. El vagabundo y su dama


    Fecha: 18/10/2020, Categorías: Gays Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... quieres vamos a otro sitio, si no me voy para mi casa.
    
    El vagabundo guardó su polla, y agarrando el carrito que arrastraba, me dijo, está bien, vamos.
    
    En menos de 3 minutos, ya estábamos frente a la puerta de la casa donde dormía. Era una de las pocas casas que quedaban en la calle, de una sola planta. Por supuesto que él estaba de okupa en ella, ya que la casa estaba abandonada y en semi ruinas.
    
    Empujó la puerta, entró metiendo el carrito, y luego me ordenó que pasara. Aparcó el carrito en la entrada, y sujetándome por la mano, tiró de mí llevándome hasta una de las habitaciones que allí había.
    
    Era donde dormía, ya que, sobre unos palés de madera, había un colchón con unas mantas encima.
    
    Me abrazó por la espalda, y aferrándose a mi cintura, empezó a morderme y lamer el lóbulo de la oreja, mientras restregaba su polla en mi culo.
    
    ¡Ohhh que ganas tengo! ¡ooohhh que ganas tengo de follarte! Jadeaba mientras me mordía la oreja y el cuello.
    
    Me sacó así cómo estábamos la cazadora, tirándola luego sobre el colchón, haciendo después lo mismo con la camiseta que llevaba puesta.
    
    ¡Ohhh que rico! ¡ooohhh que pezoncitos! Decía acariciándome los pezones apretándolos con sus dedos, mientras me seguía mordiendo el cuello y hombro.
    
    Aquello me excitaba y hacía temblar de gusto, y es que además el cuello es una de las zonas más sensibles que tengo, y que más me excitan.
    
    Ahora había agarrado el cinturón aflojándolo, y se disponía a desabrochar el pantalón. Cuando ...
    ... me lo tubo desabrochado, tiró por él para abajo, haciendo lo mismo con el slip. Me dio la vuelta mientras me manoseaba los cachetes del culo, y mordiéndome los pezones que los tenía hinchados y duros por la excitación que estaba sintiendo, Jadeaba lo bueno que estaba.
    
    ¡Ohhh que culito! ¡ohhh que culito tienes! Cómo te lo voy a follar, decía entre jadeos.
    
    ¡Ay que ganas tengo! ¡ay que ganas tengo de follarte este culito! Iba diciendo entre jadeos sin dejar de morderme los pezones, e irme metiendo mano por todas partes.
    
    Agarró mi polla y huevos manoseándolos, y mientras me meneaba la polla, yo iba desabrochándole el pantalón, bajárselo junto al slip, apoderándome de su larga polla, empezando a descapullarla, mientras con la otra mano le acariciaba los huevos.
    
    ¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gustazo! Que gusto me daba tocar aquella polla y acariciarle los huevos de aquel vagabundo. Se notaban muy suaves y daba gusto acariciárselos.
    
    La polla la tenía tiesa como el mástil de un velero; se le pegaba al vientre de tiesa que estaba; e hinchada con la cabeza enrojecida cómo si fuera una fresa; daba ganas de meterla en la boca y comérsela.
    
    Y eso hice, me agaché llevando la boca a aquella polla, y metiéndola en mi boca, empecé a chupar y succionar aquella cabeza que se parecía a una fresa enrojecida.
    
    ¡Ohhh maricón! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Chillaba el vagabundo mientras yo le comía la polla.
    
    Para para, que me vas a hacer correr, y primero quiero darte por ...
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