1. Atrapada por mi hermana (real)


    Fecha: 17/10/2020, Categorías: Hetero Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    Me gustaría decir que mi infancia fue la de una niña normal… pero convendría definir primero qué es lo normal para una niña. El crecer sin un padre fue difícil, la ausencia del cariño paternal, los llantos secos de mi madre cada vez que recordaba la situación que dio paso a su divorcio… sus sueños rotos y las incontables noches de soledad eran sin duda algo muy difícil de soportar para mí. No obstante, había algo que siempre me animaba, una pequeña chica a la que incluso adoro hoy, y esa es mi hermana Clarisa. Papá se fue cuando ella todavía era muy pequeña, y ni siquiera se molestó en pelear la custodia de ninguna de nosotras. A esa edad me preguntaba por qué los adultos siempre eran tan complicados, e incluso ahora, con mis diecinueve años, puedo decir que no los termino de comprender. Y ella, que actualmente tiene dieciséis, mucho menos. En cierta manera es un alivio saber que Clarisa no sufre por la ausencia de papá, porque a la corta edad en la que fue negada del amor de uno, no había adquirido la suficiente madurez como para saber lo distinta que sería su vida en el futuro sin él. Creo que es por eso que ella es la pequeña “rebelde” de la casa, la chica problema que se la vive dando algunos dolores de cabeza a mamá y a mí, que tuvimos que ver por su educación tanto mental como intelectual. Pero… en éstas líneas no quiero hablar acerca de cómo fue nuestra travesía, sino de aquellos pequeños momentos confidenciales entre nosotras que nos permitieron unirnos más en esos ...
    ... tiempos de desolación. Y qué mejor secreto puede haber entre hermanas, que la primera vez en la que me descubrió teniendo aventuras con mi novio. En ese entonces yo me había hecho novia de un fulano amigo mío de la primaria a quien no veía desde entonces. Nunca nos llevamos bien. Él siempre se la pasaba molestando a las niñas de mi salón y la mayoría le odiábamos. No obstante, cuando vi a Hugo de nuevo, me llevé una buena impresión de él, pues el muy cabrón se había metido al gimnasio, y su cuerpo era por demás atractivo, con fuertes brazos, un rostro cuadrado al estilo alemán y unos ojos negros tan infantiles que me recordaban al travieso chico del colegio. A Clarisa no le causó mucha gracia conocerlo. Los naturales celos de hermana menor, por supuesto. En ese entonces yo tenía poco mas de 16 años, y ya me consideraba lo suficiente madura como para tomar ciertas decisiones de las que no me hubiese arrepentido hasta más adelante. —No entiendo por qué no te cae bien —le dije a Clarisa durante una cena, y ella se limitó a farfullar algunos improperios. Ella tenía unos 14 años de edad, y la rebeldía estaba comenzando a afectarle un poco su loca cabeza. —No me gusta. Se me hace mamón (mamón, en mi país, es como decir desagradable, ridículo, creído, etc). Hasta mamá lo dice ¿verdad? Por todo, mi madre sólo se rió nerviosamente y se fue a lavar los platos. —Pues ni modo, lo invité a cenar. —¿Ya es tu novio? —preguntó mi madre desde la cocina. —Sí… En ese momento, mi madre consideró ...
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