1. Camino al Cielo: iniciación de una putita


    Fecha: 17/09/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Maradentro, Fuente: SexoSinTabues

    ... acción de sometimiento hacia mí. Ahora el padre Alfredo quería hacerme su putita, o sea su esclava sexual. Comencé a imaginarme cómo sería eso. Ese fin de semana comencé a buscar más a mamá, a olerla, a seguir sus rutinas, sus rituales para enfrentar el mundo; ella se incomodaba cuando me veía a sentado observándola acicalarse. El domingo toda la familia, excepto yo que me disculpé diciendo que estaba enfermo, salió de visita a una tía. Entonces corrí al armario de mamá y descolgué un vestido estampado con flores en cuello V amplio y me lo puse, luego tome un par de medias veladas, los zapatos me quedaban estrechos pero forcé mis pies en unos tacones negros. Corrí al tocador, tome su corrector facial y me lo apliqué, luego su polvo facial y un labial rojo carmesí, al mirarme en el espejo me sentí una diva, estaba hermosa; así comencé a caminar por el corredor de la casa sintiendo los tacones, me senté en la sala y ensayé varias poses, en ese momento desee haber nacido mujer. A la semana siguiente de mi encuentro con el padre Alfredo me informaron que había sido admitido en el coro del seminario a condición de quedarme los sábados recibiendo clases de canto adicionales para mejorar mi voz. Hacía un tiempo hice una prueba para cantar en el coro y fui rotundamente rechazado, hoy me aceptan pero a condición de recibir clases los sábados lo que me pareció extraño pero me alegró. El sábado llegó, la clase comenzaría en la tarde en la casa de las novicias situada lejos del ...
    ... seminario. Me llevaron en un auto de la comunidad junto a otros dos compañeros de mi edad. Al llegar a la casa una novicia nos abrió, mi compañero se quedó detenido mirándola mientras ella nos invitaba a pasar; en realidad mi compañero se hallaba sorprendido pues la monja era un compañero nuestro travestido. La monja nos condujo a una habitación y nos solicitó desnudarnos pues nuestras ropas serían reemplazadas por hábitos lo que obedecimos sin remilgos, la puerta se cerró con llave, era un cuarto semioscuro, sin bombillos. Era la primera vez que veía a mi compañero quien me explicó que no era seminarista, vivía en un barrio cercano al seminario y el padre Alfredo era consejero espiritual de su familia la que se quejó de la indocilidad del chico, entonces, el buen padre ofreció sus atenciones para curar al muchacho de los demonios que llevaba adentro. Supe entonces a que había venido, el tiempo pasaba y la casa estaba silenciosa, apenas si se escuchaba el golpeteo de alguna puerta, yo trataba de evitar mirar el cuerpo de mi compañero pero era inevitable no ver su enorme miembro que hacía del mío un minúsculo órgano. Me lanzó un cumplido: “que buen culo tienes, seguro por eso estás aquí”; hacía frío, el tiempo pasaba y seguíamos ahí, entonces el chico se acostó en la cama entre las cobijas y me invitó a su lado, subí y me tomó entre sus brazos recostándome en su pecho, parecíamos un par de cachorros asustados frente al destino. Cuando comenzaba a adormilarme sobre mi compañero este ...
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