1. Adriana, mi segunda y última infidelidad


    Fecha: 16/09/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... arañándole. Me tomé tiempo en su monte Venus, que solo contaba con un pequeño arbusto por sobre su conchita que se miraba bien rasurada y que al abrir sus piernas para tomar acceso pude ver ese brío de sus jugos vaginales. En este proceso es que me removí mi camisa, pantalón y bóxer. Ella no me vio que ya estaba desnudo, pues creo que pensó solo me había quitado la camisa. Hundí mi lengua despacito en su rica concha y lentamente recorría todo es canal hasta llegar en su clítoris donde le hacía círculos lentamente o se lo succionaba. Adriana solo me tomaba del cabello mientras mi rostro se hundía entre sus piernas saboreando las mieles de su pasión. Gemía despacio y hacía movimientos tenues con su pelvis, contraminando su concha contra mi boca y comenzó a decir: ¡Que rico Tony! ¡Que delicioso! ¡Me vas hacer acabar!
    
    Escuché aquello, como una petición de que quería ya sentir mi verga, pero yo estaba tan caliente que sabía que si ella no estaba a ese punto, yo me vendría antes que ella y para una mujer, eso es una desagradable desilusión. Opté por estar listo en la penetración y mientras le mamaba sus pezones haciendo intervalos, con mis dedos le masturbaba el clítoris aceleradamente. Adriana comenzó a acelerar sus movimientos de cadera y comenzó a decir: ¡Tony me vengo, me vengo!
    
    Sabía que tocaba el paraíso, se le habían abierto los cielos y fue cuando sintió mi verga penetrándola y gimió de placer y su movimiento de pelvis parecía incontrolable y sus alaridos, ese jadeo ...
    ... sensual, en un par de minutos, me hicieron abrir los cielos a mí también. Fue un orgasmo y eyaculación potente, que nos comimos a besos por largo tiempo, hasta que mi verga poco a poco se relajó y tomó esa posición pasiva. Adriana recobrando la compostura hacía plática:
    
    - ¿Te fuiste rico?
    
    - ¡Si! Me hiciste acabar delicioso! ¿Y tú? ¿Acabaste rico?
    
    - ¿Tú qué crees? ¿No se me nota en la cara?
    
    Ya en esta ocasión nos fuimos a bañar juntos y Adriana al igual que yo, nos dimos gusto restregándonos y removiendo el jabón. Fue ahí donde me retribuyó una rica mamada y donde elogió e hizo que elevara mi estima y mi ego:
    
    - ¿Todo esto me metiste?
    
    - Ni un centímetro más, ni uno menos. –le dije.
    
    - Tony, que rica verga tienes… y coges de lo rico.
    
    Ya con la arma sin la misma tensión de descarga, el sexo es mas controlable y después de esa rica mamada mi miembro tomó grosor y erección, y en posición de perrito, comencé a taladrar a Adriana, mientras ella gemía y me decía cosas morbosas. Ella me propuso que me sentara en la tina y se sentó en mi, metiéndose cada centímetro de mi verga, pero aquello era algo incómodo, pero con todos esos movimientos nuestros cuerpos estaba secos… la tomé entre mis brazos y la puse en cuatro sobre la cama y me fui por sobre ella y le taladré su concha hasta que gritó de nuevo: ¡Tony, me vengo! - Se vino, y taladré su sexo hasta que sació su placer y luego me pregunta:
    
    - ¿Quieres que te la mame?
    
    - ¡No, quiero que me des tu culo!
    
    - ...