1. Sin inhibiciones


    Fecha: 29/07/2020, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... salida me dije y agarré a Maria de la cintura con una mano mientras que con la otra le tocaba un seno y la besaba. Después abracé a Ana y la besé apasionadamente.
    
    A través de la camisa podía sentir sus senos en mi pecho, estaba en el cielo. Maria me interrumpió rápidamente y me empujó hacia el auto pero no había furia en su mirada sino todo lo contrario. Yo subí al auto mientras las chicas subieron al asiento trasero. Sin detenerme ni un minuto encendí el motor y enfilé hacia casa. Esta vez fue más milagroso que no chocara...
    
    Ana y Maria no tardaron mucho más en sacarse el resto de la ropa que tenían, y cada prenda era prolijamente tirada hacia el asiento delantero. Pude ver como varios conductores que nos pasaban miraban hacia el asiento trasero asombrados. Seguí acelerando y rogando que ningún policía nos detuviera.
    
    Una vez que terminaron con la ropa comenzaron a incitarme a mí, a darme besos en la nuca o en la oreja, yo no tenía manera de saber quién me los daba. Como veían que yo mucho no podía participar, a menos que decidiera chocar o parar, rápidamente se aburrieron y se quedaron en el asiento trasero. Por el espejo retrovisor veía como Maria le acariciaba el pecho desnudo a Ana, no tardó mucho en llegar a sus senos y comenzó a acariciárselos con un dedo mientras la miraba a los ojos. Mi pija parecía apunto de reventar el pantalón. Era la máxima fantasía hecha realidad, mi mujer con otra mujer y yo con ellas.
    
    Sin que se dijeran nada Ana se acercó a Maria ...
    ... y la besó en los labios mientras tomaba su mano y se la llevaba a su pecho. Lenta pero apasionadamente se besaron mientras sus manos no dejaban de acariciarse, tímidamente al principio pero luego cada vez más ardientes. Se veía que ambas estaban algo indecisas, como si fuera la primera vez, Maria fue la primera en romper el beso y tras mirarme con la más pervertida mirada que le haya visto en años comenzó a besar los senos de Ana. Ana tenía los ojos cerrados y se revolvía de placer, Maria definitivamente sabía donde besarla. Al principio le fue rodeando los pezones con la lengua hasta que estuvieron bien parados, primero uno y después el otro y ya cuando Ana lo pedía a gritos tomó los pezones entre sus labios y se los chupó bien fuerte. Yo podía escuchar los gemidos de Ana claramente. Deseé poder parar el auto allí mismo y unirme a ellas. Mientras seguía mirando la carretera me distraje y cuando volví a mirar por el espejo retrovisor no veía a Maria, sólo noté su cabellera entre las piernas de Ana. Por la cara de placer era obvio que se la estaba chupando y la estaba haciendo gozar como nunca. Ella gemía casi a gritos, manoteaba para todos lados y más de una vez me agarró la camisa en frenesí. Cuando terminó pegó un grito fortísimo, yo ya no podía más y casi acabo allí mismo pero logré llevar el auto hasta casa. Sin decirme nada bajaron del auto abrazadas, desnudas, tocándose y se metieron en la casa, directo al dormitorio.
    
    En el camino terminé de sacarme la ropa y para ...
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