1. Sin inhibiciones


    Fecha: 29/07/2020, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... haciendo, más cuando mi mujer estaba aquí conmigo.
    
    Luego de lavarme la cara salí del baño y rápidamente pasé al estudio donde terminé de cambiarme. Me senté luego en el living tomando las ultimas gotas de champagne esperando que las chicas terminaran. Al cabo de casi media hora más llegaron, Maria vestida con una minifalda, una blusa escotada y zapatos de taco alto, todo muy sexy, estaba para desvestirla allí mismo.
    
    Ana no se había quedado atrás. Usaba una pollera amplia, zapatos bajos, pero la blusa era muy escotada en un color rojo furioso, que hacía imposible evitar mirarla. Cuando le presté más atención, me di cuenta que no llevaba sostén y que la blusa era muy similar a una que tenía mi mujer. Estaba bárbara, daban ganas de tirarse de cabeza en sus pechos.
    
    El viaje en el auto me hizo transpirar mucho más. Maria estaba a mi lado y Ana atrás quien debía agacharse un poco cuando quería hablarnos. Allí se me iban los ojos ya que podía ver claramente sus senos. No sé cómo llegué sin que chocáramos, porque hasta Maria, normalmente tranquila cuando estábamos con otras personas, no dejaba de tocarme la pierna o de darme besos en la oreja.
    
    La fiesta no resultó mucho más tranquila que el viaje ya que Maria se sentó a mi lado y Ana frente mío en la mesa. Parecía que estaba todo preparado, yo traspiraba y fantaseaba cada vez más.
    
    Cuando se puso la música fuimos inmediatamente a bailar con Maria y al rato se nos unió Ana. El vino de la cena ya estaba empezando a ...
    ... surtir sus efectos ya que las chicas bailaban totalmente desaforadas al ritmo del mambo, la salsa y otros ritmos tropicales. En uno de esos temas Ana saltaba y se movía tanto que uno de sus senos terminó fuera de la blusa. Al instante, Maria que estaba a su lado, se lo tomó entre las manos como una burda imitación de querer cubrirla. Todos alrededor mío vieron lo que pasó y más de uno comenzó a silbar, yo estaba sorprendido, mi mujer estaba totalmente desinhibida. Ella siguió como si nada, sonrió mientras Ana agradecía los aplausos y me miró picara.
    
    Yo ya estaba más que excitado y creo que se notaba en mis pantalones y gestos ya que en medio de la fiesta Maria me sugirió que nos fuéramos y lleváramos a Ana con nosotros. Obviamente no iba a negarme, rápidamente saludamos a algunos amigos y fuimos al estacionamiento.
    
    En la calle no había nadie ya que era algo tarde y las chicas iban solas, abrazadas delante mío ya que yo me demoré pidiendo las llaves del auto. Cuando estaban llegando al auto me llamaron para que me apurara y cuando menos me lo esperaba gritaron "¡¡¡Mira!!!" y se levantaron las blusas.
    
    Me sorprendí mucho ya que no me di cuenta cuando Maria se había sacado el sostén y debo decir que no sabía con cuál de las dos me quedaba. Los senos de Maria eran redondos, algo chicos para mi gusto, con unos bellos pezones oscuros mientras que los de Ana eran grandes con unos pezones muy claritos y hermosamente parados.
    
    Ya era hora que dejara de ser el "tonto" de esta ...
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