1. Me cepillé a mi tía


    Fecha: 05/07/2020, Categorías: Anal Autor: katherin, Fuente: CuentoRelatos

    ... idea.
    
    Dejamos de hablar pues mis primos se unieron a nosotros. Mi tía me llevó a mi habitación y me dijo que colocara las cosas tranquilamente y que cualquier cosa que necesitara la llamara sin falta. Todavía quedaba un buen rato para cenar así pues me invitó a ducharme pues me dijo que me ayudaría a relajarme después del viaje.
    
    Nada más quedarme solo empecé a colocar rápidamente la ropa en los cajones del armario mientras las camisas, pantalones, americanas, el abrigo y la parka los colgué en las perchas. Una vez acabé me tumbé en la amplia cama a fumarme un pitillo mientras pensaba en Olga. Todavía era una mujer interesante, no entendía cómo mi tío la tenía tan desatendida. Supuse que la distancia, tantos días separados, ayudaban a que mi tío se acostara con otras mujeres en diferentes burdeles de carretera de toda Europa.
    
    Lancé una bocanada de humo y cerrando los ojos imaginé la figura cercana a los cuarenta de mi tía…. Su cabello era rubio, aunque evidentemente no era natural, de todos modos, aquel tono levemente color miel hacía destacar su rostro alargado. Los rizos le caían por encima de los hombros y un largo mechón por encima del ojo derecho. Los ojos eran muy expresivos y de color miel igual que el cabello. Imaginé que el tinte del cabello lo habría elegido a juego con el color de sus bonitos ojos. No había podido evitar fijarme en su boca de labios carnosos y dientes perfectamente cuidados…
    
    En cuanto al cuerpo poseía unos pechos redondos y de tamaño ...
    ... similar a los de mi prima Amparo. No era gorda, aunque tenía el peso necesario para mantener una figura saludable. Tenía unas piernas largas y estilizadas coronadas por un trasero de buen tamaño y tras el cual se me habían ido los ojos nada más verla. Abandoné mis ensoñaciones con mi tía Olga al notar cómo mi miembro abultaba debajo del pantalón. ¡Me había empalmado pensando en mi tía! Me sentí un depravado al haberme excitado con la imagen de Olga, traté de tranquilizarme dándome una buena ducha de agua fría.
    
    Sin embargo, fue peor el remedio que la enfermedad pues el contacto de la espuma y del agua hizo que la hinchazón de mi pene en vez de disminuir aumentara de manera considerable. No podía quitarme de la cabeza la imagen de Olga. Fantaseé con la idea de que estuviera acompañándome en la misma ducha acariciándonos nuestros húmedos cuerpos. Agarré con fuerza mi endurecida polla y empecé a masturbarme de manera lenta gracias a la espuma que envolvía mi excitado miembro.
    
    Imaginé a Olga ronroneando al sentir mis labios recorriendo su cuello y su nuca mientras apretaba sus apetitosas nalgas contra mi pubis notando crecer mi polla sin descanso. Mi tía no paraba de animarme pidiéndome que le agarrase sus excitados pechos con mis manos. Sus pezones se endurecieron nada más notar el roce de mis dedos sobre ellos. Pude escuchar la voz melodiosa de Olga rogándome que la follara, que estaba muy cachonda y que necesitaba tenerme dentro de ella. Mi fantasía finalizó al sentir cómo ...
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