1. Me cepillé a mi tía


    Fecha: 05/07/2020, Categorías: Anal Autor: katherin, Fuente: CuentoRelatos

    ... que no hay peligro.
    
    —En ese caso cambiemos de posición. Vamos ponte en pompa que tengo ganas de darte por detrás. Te llenaré el coño con toda mi leche.
    
    —Ok cariño, pero nada de follarme el culo. ¿De acuerdo? Te dejaré que me lo acaricies con tus dedos, pero nada de follármelo o me enfadaré. Cada cosa a su debido tiempo. ¿Me lo prometes?
    
    —Tranquila Olga que soy un caballero. Si te he dicho que no te lo follaré es que no lo voy a hacer. Sólo lo haremos cuando realmente lo desees. Pero venga, basta de charla y ponte de espaldas a mí —le dije mientras la obligaba a mirar hacia la pared.
    
    Mi tía se agarró con fuerza al cabecero de la cama abriendo bien las piernas a la espera de recibir su tan apetecido regalo. Me arrodillé tras ella apretándome con fuerza haciéndola sentir mi dura barra de carne. Olga lanzó sus nalgas contra mí tratando de sentir aún más mi excitada polla. Introduje mi mano entre sus piernas descubriendo su empapada cavidad la cual se mostraba deseosa de admitir a su terrible invitado. Coloqué la cabeza de mi miembro a la altura de su coño apretando levemente contra él, pero sin querer todavía introducirme dentro de ella. Quería que enloqueciera, que me lo pidiera ella como así ocurrió:
    
    —No seas cabrón. Métemela toda adentro de una vez. Fóllame sin descanso hasta que reventemos.
    
    —Bien Olga, ábrete bien de piernas que te la voy a clavar hasta el fondo. Relájate que te la meteré poco a poco.
    
    Empecé a apretar levemente sobre la entrada de su ...
    ... coño presionando más fuerte hasta que logré introducirme poco a poco en su interior. No tardó mi grueso glande en ingresar dentro de su ansiosa vagina. Ayudé dicha entrada acariciando su inflamado clítoris con mis dedos con lo cual mi tía logró relajarse por completo. Introduje milímetro a milímetro, centímetro a centímetro mi aparato en sus entrañas hasta acabar golpeando sus nalgas con mis cargados cojones.
    
    Olga lanzó un grito desgarrador aullando como una desesperada. Se quedó quieta degustando aquel rígido plátano que le entregaba con tanto placer. Se giró con dificultad hacia mí buscando mis ojos con su mirada complacida. Empecé a moverme primero despacio para ir adquiriendo poco a poco mayor velocidad. Los suspiros de satisfacción de ella rebotaban contra la pared. Lanzaba las nalgas hacia atrás ayudándome en la follada.
    
    El cabecero de la cama se movía adelante y atrás como si nos acompañara en tan agradable acoplamiento. Olga volvió a correrse, aunque no hacía más que pedirme que siguiera con aquel dulce tormento. Obedecí su petición clavándome y desclavándome sin descanso. Los huevos me dolían cada vez que golpeaban contra su ardiente trasero. No iba a tardar en eyacular en esa estupenda vagina, mis testículos tenían necesidad de escupir su carga.
    
    —Olga cariño, voy a correrme. No aguanto más, mi niña.
    
    —Sí córrete vamos…. entrégame tu leche, lléname con tu abundante corrida.
    
    Animado por sus palabras continué follándola apenas veinte segundos más hasta que ...