1. 46.3 Con Maira y el pasado


    Fecha: 02/07/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Notaba cosquillas en mis labios y llevé mi mano entre sueños para calmarme, una tierna risa terminó por lograr que abriera los ojos y encima de mí tenía el risueño rostro de Gonzalo.
    
    Lucía como el sol enseñando sus blanquísimos dientes enmarcados en su naciente barba negra y tupida.
    
    -Siento despertarte, pero vamos a correr un rato. –le hubiera sujetado para quedarme en la cama a su lado, abrazado por sus fuertes brazos y las caricias de sus manos.
    
    No me dio tiempo a pensarlo, retiró la ropa de la cama y luego tiró de mi brazo, se encaminó desnudo hacia el baño y le seguí medio dormido.
    
    La temperatura era fresca y el cielo estaba nublado, como el que dejé ayer en Lille. Llegamos a Chelsea Garden cuando comenzaron a caer unas ligeras gotas de agua, parecía niebla de lo finas que eran. Paramos un momento y Gonzalo pasó su brazo por mis hombros respirando agitado por la carrera, estaba rojo y a pesar de la cinta que llevaba para contener el sudor y que no le cayera en los ojos, resbalaba por su barbilla y se le metía en la boca. Sacó su lengua para recoger lo que tenía en los labios.
    
    -Creo que es mejor que vayamos a lo largo del río y no pasemos al otro lado, no nos podemos alejar demasiado de casa, aunque no parece que vaya a llover demasiado. –pensé que tenía razón y asentí con la cabeza. Continuamos por Grovesnor y decidimos volver antes de llegar a Vauxhall Bridge reduciendo el paso.
    
    Corría unos pasos detrás de él y observaba el movimiento de su culo al ...
    ... contraerse, aprisionado en su pantalón, en cada una de sus largas zancadas.
    
    La ducha fue rápida, Wes nos había dicho que la abuela nos esperaba para desayunar y observé que Gonzalo no se había afeitado, no le dije nada, pero vi que a la anciana tampoco le gustaba ver de esa forma a su nieto. No habló sobre ello, pero al ir a besarla le pasó su mano por la cara y fue un gesto suficiente para él y para mí, entendimos que lo desaprobaba.
    
    Para mi hubiera sido suficiente ese gesto para marchar con rapidez al baño y rasurarme hasta dejar mi cara fina como la de un niño, pero él era su nieto y una bonita sonrisa bastó para que la abuela sonriera a su vez.
    
    El abuelo desayunaba en su habitación y al cabo de unos minutos se incorporó Borja a la mesa, nos saludó y fue hasta el mostrador donde Tegan le atendió en lo que quería de desayuno y vino a sentarse enfrente de Gonzalo.
    
    -El abuelo quiere hablar contigo cuando termines de desayunar. –no me pasó desapercibido el tratamiento daba al anciano, había dicho -el abuelo- como si lo fuera también de él, en lugar de -tu abuelo-, pero no le di más importancia.
    
    Cuando Gonzalo salió para ir donde su abuelo, observé a Borja, comía sus tostadas con ganas y pidió a Tegan que volviera a llenarle su vaso de zumo. Tendría ya unos veintinueve años y su masculina madurez le daba una apariencia, viril y poderosa, vestía como Gonzalo trajes y ropa cara. Aquel chico había jugado con Gonzalo, habían follado y no lo podía creer viendo su relación ...
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