1. Con el maduro de la tienda...


    Fecha: 30/06/2020, Categorías: Gays Sexo con Maduras Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... con una mano y acercó mi boca a la suya. No se agachó: guió mi cabeza despacio manteniéndose erguido y mirando hacia abajo sólo con los ojos. Nuestros labios se acariciaron lentamente dejando entrever las lenguas. Sin soltarme la barbilla, Mario utilizó su otra mano para subir al máximo el volumen de la música, que llenó la habitación y nos hizo acelerar el ritmo del morreo.No suelo escuchar rock duro y salvaje, pero en ese contexto resultaba perfecto. El calor aumentaba a medida que nos magreábamos todo el cuerpo, nos llenábamos de saliva la boca y el cuello, y nos palpábamos las pollas por encima del pantalón.De improviso Mario se apartó y me hizo una seña para que le siguiese. Caminó unos pasos hacia un rincón de la sala y se colocó de espaldas a un póster donde se veía el dibujo de dos tíos haciéndose una paja mutua. Al parecer, al empleado de allí también le iban los nabos. Mario se desató la corbata con una sensualidad acojonante y se la dejó colgando del cuello, desabrochándose acto seguido dos botones de la camisa. Después se acercó a mí y me quitó la mía mientras yo me lanzaba a oler ese trocito de pecho que se adivinaba bajo su cuello. Me llegó un aroma de fresca colonia aderezada con un profundo olor a macho caliente.Desabotoné del todo su camisa y la abrí por delante para restregar mi cara y mis manos contra su torso. Él me acariciaba la espalda amenazando con quitarme también la camiseta. Lo hizo mientras yo le desabrochaba los pantalones. Me agaché y se los bajé ...
    ... hasta los tobillos junto con el slip. De nuevo se encontraba ante mí su miembro, duro, carnoso, y arqueadito hacia arriba, eso es, me encanta, esto es la hostia, voy a lamérsela hasta que se corra de placer.Mario jadeó con mi mamada hasta que me pidió que me levantara. Se agachó y me abrió la cremallera del pantalón, introduciendo una mano con la que hábilmente pasó mi rabo a través de la abertura del slip y de los vaqueros, dejándome al aire polla y cojones, listos para entrar en su boca y donde hiciera falta. Empezó a excitarme con la lengua; yo miraba el póster y sentía que estaba a punto de correrme, pero al bajar la mirada le vi sacarse algo del bolsillo de su pantalón, y le aparté la cabeza por si acaso: no quería eyacular hasta saber si tenía pensada alguna otra cosa. En efecto, así era.Lo que se había sacado era la cartera, y de ella un condón. Lo abrió y me lo colocó con la boca, momento que disfruté como un cabrón. Entonces se puso en pie y se acercó a mi oído para que le oyese bien por encima de la música.- Ahora vas a follarme, ¿de acuerdo? Quiero sentir tu polla dentro de mi puto culo.Me dio la espalda y giró la cabeza para que viera cómo se mojaba un dedo con saliva, que se pasó por el ojete como señal de que haría falta que le lubricara antes de metérsela. Abrió las piernas, estiró los brazos hacia la pared y se apoyó en ella con ambas manos, sacando culo para que hiciese mi trabajo a gusto. Me excitaba el que no se hubiese quitado la camisa ni la corbata, que ...