1. Elena (A.C.) - mi masoquista IV - Final


    Fecha: 21/06/2020, Categorías: Hetero Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... dejó cogerla una vez más (ahí, en medio del camino, completamente visibles a cualquiera que se cruzase en nuestro camino.
    
    La notaba completamente desinhibida y debo confesar que me gustó. Pese a haber cogido varias veces y con cierto dolor en mi pene por tanta erección, llegamos al cuarto besándonos cómo si fuera nuestra primera vez.
    
    Aquel olvidado pueblo de la sierra queretana constaba de unas cuantas calles llenas de casas al más puro estilo colonial y unos cuantos negocios por aquí y por allá. El cuarto donde se alojaba era una suerte de hostal en una de las casas más grandes del lugar. La casa consistía en una serie de cuartos (cada uno con una pequeñísima cocina propia y su propio diminuto baño) y en el centro una sala de estar. Dado que era un pueblo con, aun, ciertas costumbres e ideología “antiguas”, la dueña de la casa que rentaba los cuartos tenía terminantemente prohibido cualquier actividad sexual… por supuesto que era implícito que dicha prohibición no implicaba nada para nadie. Así que, decidí probar los límites de Elena y le ordené que se desnudara en la calle, justo a la puerta de la casa. No le tomó ni dos segundos hacerlo y se quedó ahí, plantada, desnuda y tiritando, retándome con la mirada.
    
    Sonreí perversamente ante su actitud y, en solidaridad, saqué mi erecta verga al aire. Ella al instante comenzó a menearla mientras se masturbaba lentamente. Le solté una bofetada fuerte y firme y ella me sonrió. Abrí la puerta y pasamos a la estancia. ...
    ... Entramos al cuarto y ella de inmediato se tumbó en la cama con las piernas abiertas. Eran las 3 de la mañana y ni siquiera nos molestamos en prender la luz. Yo me bajé el pantalón y me abalancé sobre ella y la penetré con fuerza. Me abrazó con sus piernas y sin más comenzó a nalguearme fuertemente. En lugar de molestarme, me agradó y si cabe, aumenté el ritmo, que de por sí, ya era frenético. No llevábamos ni 3 minutos así cuando una voz hizo que casi perdiera mi erección.
    
    —No mamen, váyanse a coger a otro lado – comentó molesta la inequívoca voz de la hermana de Elena, a quien llamaré “Jannine” (dicho nombre, por cierto, es muy parecido al real…)
    
    —¿Jannine? – exclamé completamente sorprendido
    
    Sin saber porque, abandoné aquel dulce y encharcado agujero para prender la luz, muerto de vergüenza. Al prenderla encontré a la Janine completamente molesta en la cama de al lado, sola y en bra. Elena ni siquiera se molestó en cubrir su desnudez, es más, seguía con las piernas abiertas, pero fue la siguiente en intervenir.
    
    —No me vengas con esas mamadas Janine, que te acabamos de ver a ti cogiendo en el bosque – dijo Elena mirando a su hermana.
    
    —Váyanse a coger a otro lado, quiero dormir – espetó Janine
    
    —Chinga a tu madre – insultó Elena – vete tú.
    
    —¿Por qué yo? – contestó Janine – Yo llegué primero
    
    —Me vale madres, vete tú – sentenció Elena.
    
    —A chinga, que cabroncita… váyanse o voy con la administradora – amenazó Janine y añadió dirigiéndose a mí – y por favor, ...
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