1. Elena (A.C.) - mi masoquista IV - Final


    Fecha: 21/06/2020, Categorías: Hetero Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... (presa aun de los efectos del alcohol) a mi lado. Debido al cansancio y también el efecto del alcohol, caí casi instantáneamente dormido.
    
    Cerca de las 8 de la mañana, desperté con una tremenda y dolorosa erección, pero con muchas ganas de ir al baño. Probablemente varios hombres se sentirán identificados con dicha situación… incomoda, por cierto. Así que me levanté y me dirigí al baño. Elena estaba profundamente dormida y Janine, de igual manera, pero de espaldas a nosotros. Entre al baño intentando relajarme para bajar la erección y poder mear a gusto; sin embargo, no es una tarea sencilla. Decidí mojarme la cara y ver en el espejo los efectos que la cruda (resaca) hiciera en mí. Estaba en eso cuando la puerta del baño se abrió. Sonreí porque pensaba que era Elena quien entraba, pero el alma se me vino a los pies cuando, por el espejo vi la figura de Janine. Estaba en ropa interior y notaba determinación en su mirada. Cerró la puerta del baño y me miró fijamente. Intenté sostenerle la mirada, pero me sentía avergonzado de mis acciones de la madrugada. Siempre me había llevado excelentemente con ella, incluso le tenía bastante cariño, pero sin duda, lo de hacía unas horas, habría de cambiar las cosas…
    
    Avanzó sin titubear hacia mí y agarró mi miembro con firmeza. Me miró a los ojos y se alzó para besarme. Instintivamente, correspondí el beso y la abracé. Ella me besaba poco a poco con más pasión y, aún con cierto recelo, comencé a tocarla por todas partes. Tomé sus ...
    ... nalgas con mis manos y apreté. Vaya que tenía un excelente trasero, al igual que su hermana, pero lo que más disfruté, fueron sus pechos. Ella superaba a Elena en este aspecto. Janine se dejó hacer mientras ella también hurgaba en mis rincones. Al palpar su vulva, la encontré muy húmeda. Ella se separó de mí, se arrodilló y comenzó a mamar mi pedazo de carne. ¡Vaya que era hábil! Más hábil que su hermana, puedo decir.
    
    Al poco rato, mi consciencia hizo su aparición y detuve, estúpidamente, tan glorioso placer.
    
    —Janine, para… tu hermana se podría despertar – le rogué mientras me apartaba.
    
    Ella me miró a los ojos, suspiró y se levantó.
    
    —Ella… te pone el cuerno y te ha puesto el cuerno desde hace mucho – me soltó con cierta complicidad y un dejo de dolor.
    
    —¡¿Qué?! – exclamé. Tenía mis sospechas… pero que ella me lo dijera… así, tan de golpe…
    
    —Si quieres saber más, vas a tener que hacer un par de cositas por mí… - me dijo con un deje de sensualidad en su voz.
    
    Nuevamente tomó mi verga y comenzó a masturbarme frenéticamente.
    
    —Tienes que explicarme eso – si momentos antes me sentía culpable, ahora estaba bastante encabronado. Comenzaba a creer que era verdad.
    
    —No – me dijo con una sonrisa – hasta que me des un orgasmo como a ella, no te voy a decir ni madres
    
    —No chingues Janine… ¿Es en serio? – pregunté y recibí una mirada confirmatoria – ¿Cómo es que sabes?
    
    —¿Sí o no? – me preguntó completamente decidida
    
    —No mames Janine…
    
    —Te voy a marcar en unos ...
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