1. Sexo en el autobús interprovincial


    Fecha: 29/04/2020, Categorías: Transexuales Autor: Penegrande, Fuente: CuentoRelatos

    Lo que les voy a contar me sucedió cuando iba a un pueblo alejado de mi ciudad. Yo tenía pareja en ese tiempo, pero descubrí en ese pueblito que podría traer mercaderías para la mía. No voy a decir nombres de ciudades.
    
    Una vez que terminé de hacer mis negocios, me regresé en un Autobús de la línea Oltursa hacia la capital. Fui uno de los últimos en abordar y para mí mala suerte me tocó uno de los penúltimos asientos. Y yo no sé Uds., pero cuando se es hombre y uno viaja solo fantasea con encontrar un bombonzaso con quien sentarse al lado, cierto? Pues llegué al número de mi asiento y ahí me esperaba una chica de apenas 20 añitos, con unas cejas pobladas y unos bonitos ojos. De dientes muy perfectos y sonrisa cálida, ella era de allá por lo que estaba bastante bronceadita, así que ese día por fin pude viajar con un bombón al lado tal y como fantaseaba miles de veces pero siempre me tocaba sentarme con viejas gordas y pedorras.
    
    Noté que estaba sentada muy incómoda con los paquetes y le dije, te ayudo con ese paquete, lo puse en el compartimiento de arriba mío y bueno comenzamos a conocernos.
    
    Ella era menor que yo, le llevaba 10 años por lo menos, pero su naricita bien perfiladita y esa sonrisita de niña encantadora terminaron por convencerme. Se llamaba Andrea y viajaba a la capital en busca de trabajo. Viviría sola y todo.
    
    Sabía que yo le gustaba por la forma en que conversaba conmigo. Congeniamos fácilmente, conversamos hasta que nuestras gargantas se secaron y ...
    ... tuvimos que pedir agua a la terramoza,
    
    Nos llegó la noche y no queríamos dejar de conversar, incluso sentía que era cariñosa, así que ya cuando apagaron las luces del carro, todos nos dispusimos a dormir y ella también, pero su asiento era pésimo y no se reclinaba completamente para dormir, así que le ofrecí un almohadón entre mis piernas y le dije que se echara en ellas, ella dijo: "está bien". Se acomodó recostándose y tapándose. Yo no podía dormir con ese bombón en mi regazo,
    
    Nuevamente mi diablito empezó a hablarme en mi oído izquierdo: "Aprovecha que es guapita, sácale la verga y pónsela en la cara, nadie te va a ver ahora".
    
    Mi pulso se aceleró, pero no podía evitarlo, mi miembro estaba pidiendo a gritos que lo destapara a unos centímetros de su boca y su nariz, así que me las arreglé para bajarme la bragueta, parecía que sonaba una sierra de cortar madera lo que en ese momento se escuchaba en ese silencio absoluto, apenas interrumpido por el motor del autobús. Me asomé por el borde que había entre nuestros asientos y vi que la terramoza estaba dormida justo en el asiento trasero
    
    Mi mano izquierda estaba apoyado en su cintura cubriendo a Andrea con la cobija y mi hábil mano derecha se las ingenió para sacar a mi monstruo de su cueva. Y ahí estaba, gigante y alborotado al borde de su nariz y sus labios, el panorama me emocionó. Me la empecé a menear, debido a que mi monstruo estaba escupiendo lubricante. Allí delante de esa carita me empecé a masturbar, habré ...
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