1. Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 6)


    Fecha: 30/03/2020, Categorías: Confesiones Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos

    ... Fuimos revisando una por una, nos asomábamos a la ventana, veíamos y evaluábamos si existía la posibilidad de que hubiese gente allí. Cuando vimos que no teníamos suerte, que todas estaban ocupadas, decidimos volver a la nuestra, a nuestra cabaña y arriesgarnos a coger allí. Esperando a que no hubiera nadie; que Esperanza y su novio no estuvieran, igual que Laura y su marido, y obviamente esperando que Karla y sus padres decidieran alargar su estadía en la pileta. Y como en tantas otras ocasiones, tuvimos suerte. La cabaña estaba vacía, a nuestra completa disposición para dejarnos llevar por nuestros impulsos y nuestros deseos. Entramos al cuarto, cerramos la puerta, pero no pudimos dejarla con seguro porque no tenía.
    
    Y ahí estaba Majo, nuevamente ‘cara a cara’ con mi pene, colocándolo en su boca y de nuevo haciéndome tocar el cielo con las manos. Después de un corto pero completo paseo de mi sexo por la sensual boca de Majo, la levanté con suavidad, la hice poner de pie y la recargué contra la pared. Subí su falda y empecé a acariciarle con mis dedos sobre su tanga, una vez que estaba concentrada en disfrutar; cerrando sus ojitos y reclinando su cabeza contra la pared, bajé su tanga bruscamente. Me encantaba hacerle esto, consentirla, acariciarla lentamente y con suavidad y luego sorprenderla con un cambio de actitud. Luego me incliné, casi sentándome en el suelo, pero sin poner el trasero sobre las frías baldosas; es decir quedando sentado en el aire, apoyándome con ...
    ... manos y piernas. Majo se hizo frente a mí, en un inicio poniendo su concha frente a mi cara, y cuando yo me disponía a lamerla por un rato, bajó e introdujo mi pene lentamente en su apretada vagina. No hubo tiempo para coger lentamente, desde un comienzo lo hicimos fuertemente; Majo saltaba y rebotaba con mi cuerpo mientras que yo disfrutaba sin poder tocarla, dejando que ella fuera la dueña de la situación.
    
    Me costaba un poco sostenerme, al fin de cuentas estaba sosteniendo mi peso y el de Majo con mis piernas y mis brazos, pero lo que más me afectaba era verle saltar sus pequeños senos frente a mi cara sin poder tocarlos; acercar mi cara a la de ella para besarla y aceptar el momento en que ella quisiera hacerlo, sin poder agarrar su cabeza para traerla hacia a mi y comerle la boca. Nunca lo habíamos hecho así, y si bien esta posición tenía sus limitantes, debo admitirles que la disfruté.
    
    Majo y yo cogíamos sin restricción alguna, estábamos sumidos en el placer y por ello nos habíamos olvidado del tiempo y del espacio. Y cuando pensamos que todo acabaría de la mejor manera alguien abrió la puerta. Karla puso un pie en el cuarto y nos vio. Inmediatamente agachó un poco su cabeza, se dio vuelta y nos dijo que venía buscando a Esperanza, luego pidió disculpas por la interrupción y se fue. Qué incómodo que fue, muy incómodo; bueno, principalmente para Majo. A mi me dio un poco de pena, pero a la vez creo que ser descubiertos por Karla me calentó. Sin embargo, tuvimos que ...
«1234...»