1. Priscila, esperando por ti


    Fecha: 27/03/2020, Categorías: Hetero Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba cansado. Pero comparado al sexo de minutos que había tenido con sus novios, esto era algo distinto, sabía que en realidad don James tenía razón, jamás olvidaría esto. Movió más sus caderas tratando de que el acabara, pero solo conseguía que el sujetara sus nalgas y las azotará más fuerte contra él. Y que la tomara del pelo para cogérsela con más fuerza. Se daba tiempo de apretar sus tetas y morder su espalda.
    
    —Eres mi muñequita! Mi pequeña nalgona! Mi puta!
    
    —Ajá siii!
    
    Estaba por terminar, pero todavía tenía un fetiche que cumplir con Priscila. La bajo se colocó frente a ella.
    
    —saca la lengua!
    
    —¡¿qué?!
    
    —desde niña, cada que venías a comprar algo me sacabas la lengua, te burlabas.
    
    —y…?
    
    —Voy a llenar esa lengüita de leche!
    
    Priscila obedeció y saco la lengua, mirándolo fijamente. Mientras él se masturbaba provocando la eyaculación. Su leche entró en su boca, y escurría en su lengua.
    
    —Eso es caarajo!
    
    —Haaaaa!
    
    En cuanto cayeron las últimas gotas, Don James le cerró la boca.
    
    —Ahora trágatelos
    
    —Glup! —¿que estoy haciendo? Se preguntaba mientras el semen resbalaba por su garganta.
    
    Miro como ella los tragaba y el asco que le provocaba, cuando quiso ponerse de pie, sus piernas no respondieron. Estaba fatigada y no tenía fuerzas. Don James la tomó entre brazos y la llevó hasta una recámara, todas las paredes tenían fotos suyas. Debajo de sus faldas, en short frente al mostrador, incluso desnuda en su propio baño. El cansancio le ganó y ...
    ... sus ojos se cerraron. Cuando despertó, estaba de lado con don James penetrando su culo.
    
    —¿ya despertó la princesa?
    
    —¿qué hora es?
    
    Aún tenía el sabor a semen en su boca, las nalgas le ardían muchísimo y el clítoris lo tenía evidentemente irritado. Aun así James seguía dándole verga en su culo, mientras ella apretaba las manos y los dientes con los ojos cerrados. Sintió como los chorros de semen inundaban el interior de su cola.
    
    —Son las nueve, deberías ir a casa o se preocuparan.
    
    —¡LAS NUEVE DE LA MAÑANA!
    
    Se levantó, buscó su vestido, sus zapatillas y salió a prisa. Llegó a casa, pero al parecer todos habían bebido de más y dormían profundamente. El hilo de semen escurriendo en sus piernas le recordó que acababan de llenarle la colita de leche. Se bañó y se miró en el espejo, su culo estaba colorado, apenas toleraba el chorro de agua caliente en su clítoris, su cuello y espalda estaban repletos de chupetones. Las piernas apenas y tenían fuerza para mantenerse en pie. Durmió todo el día, hasta que su madre la llamo para que cenara algo.
    
    Con un pants y suéter hasta el cuello salió, todos la miraron raro.
    
    —¿y ahora tú estás loca? tremendo calor y tu tapada hasta la cabeza!
    
    —Tengo frío mamá, ¿puedo cenar en mi cuarto?
    
    —Hay niña, no tendrás calentura, ándale ve a tu cuarto pero come algo.
    
    Se recostó y durmió sin parar hasta que su madre la despertó el lunes por la mañana.
    
    —¿No piensas ir a la escuela niña?
    
    —Ya voy mamá!
    
    Cuando camino por la ...
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