1. Mi primer sexo anal


    Fecha: 14/03/2020, Categorías: Hetero Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... ducha envuelva en su bonita toalla de princesas y se acercó a la puerta de madre. Yo estaba limpiando las escaleras cuando ella me llamó. Me acerque. Sentí el aroma limpio de ella y la cara roja que estaba poniendo mientras sostenía la toalla. —¿Que es? —¿creo que mamá esta sufriendo o es mí imaginación? Nos pegamos a la puerta y si. allí estaba la voz de ella que se escuchaba incluso por encima de la gruesa puerta. Una voz tierna y sutil que pedía más y más y decía por detrás, por detrás. Clarisa levantó una ceja. Yo estaba algo. impactada por todo. —Le están dando por el culo — río mí traviesa hermana y luego se fue de puntas a su cuarto. Yo también me fui. Antes había escuchado gemir en los vídeos porno a las chicas cuando les daban por atrás. Parecía doloroso. Mis únicos tocamientos allí eran cuando Eduardo a veces pasaba su lengua por esa entrada o cuando me tocaba con los dedos. Me dedique a buscar sexo anal en la computadora. Quería saber de todo. Fue una mala idea hacerlo en la computadora de la sala, pues una noche mamá nos habló a mí y a mí hermanita. —¿Quien de ustedes anda viendo porno de la maquina? — preguntó con aire enojado. Clarisa y yo nos miramos con nervios —Yo tengo teléfono —dijo Clari con rapidez. —Me la van a llenar de virus — fue todo lo que dijo, ya más calmada, y nos dejó ir. Mí hermana me echó la bronca. Ella también veía porno, pero desde su teléfono. Somos chicas. No tenemos padre, así que los hombres no es algo que veamos por acá muy ...
    ... seguido. Pero yo ya había conseguido toda la información que necesitaba y mí corazón estaba feliz ante la idea. Iba a dejar que la verga de el se metiera dentro de mí. y si me iba a gustar o no. pues eso mí culo lo diría. Necesitaba primero lubricante vaginal, así que esa tarde salí de compras con mí hermana a la farmacia. Ella había ido inocentemente a comprar algunas cosas para un experimento de química y grande fue su sorpresa cuando vio la botella de lubricante en la lista de compras. —¿que te pasa? ¿No estás mojando bien? —preguntó con una inocencia preocupante. —Es para. algo más — le dije insegura. Mí hermana se puso un poco del lubricante en el dedo y se lo llevó a la boca. —¡Ay! ¡que rico! Sabe como a fruta. Ya en la casa, mientras ella hacia la tarea en la computadora, yo estaba dándole vueltas al frasco y probando el sabor de esa rica sustancia creada por los dioses, e imaginando lo rico que debería sentirse coger con una polla bañada con ese sabor. —Voy a hacer sexo anal —le conté a clarisa. Mí hermana se giró despacio, visiblemente incómoda. —bien. no quería saber eso. —¿Crees que duela? Clarisa cruzó sus fuertes piernas. —Mmm. No lo sé. Nunca me la han metido por allá… aún ¿y como es que te han dado ganas? —Simplemente curiosidad. Quiero saber qué se siente. Mí hermana se había apenado. —Pues creo que si. Muchas lo hacen. Vamos a ver que dice Google. Nos la pasamos un rato mirando esas paginas de consejos femeninos y sexualidad. Decía que la chica tenía que ponerse ...