1. La verbena de San Juan


    Fecha: 19/02/2020, Categorías: Masturbación Autor: Jullietta, Fuente: CuentoRelatos

    ... brillo de los ojos de Jordi, mirándome desde su posición.
    
    Me senté en el servicio. Y lancé un sonoro suspiro.
    
    Al levantarme, y aguantando con mis manos el vestido arrugado en mi cintura, me miré al espejo. Mi sexo se mostraba generoso y empapado. Acerqué mi mano derecha a mis labios vulvares y los recorrí con una caricia suave, mientras de mi boca salía un nuevo suspiro. Paseé mi dedo por el interior de mi coño empapado, y un sonido peculiar se dejó oír en el silencioso ambiente. Ese chasquido de la yema de mi dedo hurgando en la carne de mi sexo humedecido.
    
    Otra mirada fugaz al espejo, mientras mi boca se entreabría de forma viciosa para dejar aflorar mi lengua, para que, acto seguido, mis dientes mordiesen mi labio inferior en una maniobra más que sugerente.
    
    Jordi seguía de pie, en la penumbra, con sus ojos clavados en el espejo. En ese espejo donde se reflejaba la película de mi ofrecimiento explícito.
    
    Con un gesto muy femenino y estudiado, me deshice del tanga, sin agachar mi cuerpo, y elevándolo hacia mi mano, colgando del talón de uno de mis zapatos. Lo doblé cuidadosamente, y me lo pasé por encima de mi coño, como queriendo secar toda esa excitación que me invadía. Y me dirigí hacia la puerta.
    
    -“Vaya, si estás ahí. ¿Qué estabas mirando pillín?”- le dije con voz de chica inocente. Y al mismo tiempo, levante la mano donde guardaba mi tanga doblado, para apoyarla en el dintel de la puerta. Lo más arriba posible.
    
    Jordi se acercó a mí, y apoyando sus ...
    ... manos abiertas en mis nalgas me clavó su boca en la mía. Nos enredamos en una guerra de lenguas ardientes que se recorrían mutuamente. Mientras sus manos se movían sobre mis nalgas, masajeando esa carne deliciosa que configura mi trasero, y que soy plenamente consciente de que atrae a los machos.
    
    Me estaba gustando mucho. Fue en ese momento cuando separando su boca me dijo: -“¿No llevas nada debajo?”-
    
    -“Tenía el tanga empapado. ¿No me has visto cómo me lo sacaba?”- le pregunté otra vez con voz sugerente
    
    Fue entonces cuando puso una mano suya sobre la mía, y me la abrió, cogiendo su trofeo para llevárselo hasta su nariz.
    
    -“Mmmmmm, huele a ti”-
    
    Ya no hubo más palabras. Apremiaba empezar. Así que me dirigí a una cómoda butaca que se encontraba de espaldas a una ventana que daba al jardín, y me coloqué encima, de rodillas, apoyando mis codos en el respaldo. Le miré con una mirada que creo que lo decía todo. Y lo entendió porque se acercó a mí, y levantando mi vestido empezó de nuevo a acariciar mis nalgas.
    
    -“Me tienes a régimen, Jordi, con esos frecuentes viajes a los que envías a mi chico. Y yo soy muy caliente”…
    
    Fue todo muy rápido. Sentí el ruido de una cremallera deslizarse y en décimas de segundo me sentí invadida por un miembro erecto que me llenaba todo mi interior más íntimo.
    
    Sus manos se afianzaron en mis caderas y empecé a sentir un vaivén irrefrenable que invadía hasta los más hondo de mi ser, para después casi liberar del todo mi sexo. Mi cuerpo ...