1. La verbena de San Juan


    Fecha: 19/02/2020, Categorías: Masturbación Autor: Jullietta, Fuente: CuentoRelatos

    ... empezaba a soltar mis efluvios por mis muslos.
    
    Mirándole a los ojos, me liberé de la prisión de sus brazos y le pedí para ir al baño.
    
    Cortésmente me acompañó al interior de la vivienda. Cruzamos el living y me indició la puerta del baño.
    
    Vaya. Estaba ocupado. El pomo no me permitía abrir porque era evidente que alguien estaba ocupando la estancia.
    
    -“Arriba hay otro servicio”- me indicó Jordi muy cerca de mi rostro, al tiempo que con el brazo me indicaba el camino hacia unas escaleras de caracol situadas en el otro extremo del living-salón.
    
    -“Hay otras escaleras en el recibidor, pero si vamos por aquí es más rápido. Es un acceso directo a nuestra habitación-suite”-
    
    Cuando llegamos al pie de las escaleras, con una sonrisa en sus labios y un brillo en sus ojos que me hizo estremecer, me cedió caballerosamente el paso.
    
    Era fácil imaginar lo que quería: Una escalera de caracol, con escalones sin entre-huella, y mi vestido corto. Bien, no era cuestión de negarse. Así que empecé a subir con todo el glamour que el alcohol que corría por mis venas me permitía, y con extrema lentitud, para que pudiera recrearse bien en toda esa visión de mis piernas y… demás que iba a tener al alcance de sus ojos.
    
    No sé cuánto tiempo transcurrió. Subí despacio y moviendo mi cuerpo para que el vestido de vuelo se mostrase generoso. Y sentía arder el fuego entre mis muslos.
    
    Cuando llegué arriba me encontré con una amplia estancia, decorada con un gusto exquisito, minimalista ...
    ... en sus formas, pero generosa en sus detalles. Me giré sobre mí misma, y me apoyé en la baranda que coronaba el agujero redondo de la escalera, mirando hacia abajo, aunque los ojos de Jordi no me correspondían. Estaban clavados en mis piernas, y más arriba…
    
    Los últimos peldaños los subió con mucha lentitud, recreándose con descaro en el “paisaje” que mi cuerpo le estaba ofreciendo.
    
    Llegado a mi lado se acercó hasta casi pegarse a mí y señalando con un dedo me indicó una puerta que se encontraba cerca, detrás nuestro.
    
    -“Es ahí. Todo tuyo…”- apoyando su respiración en esas últimas palabras, que las mezcló con un delicioso susurro. Era una declaración de intenciones muy evidente, sin duda.
    
    Sonreí, un tanto temblorosa, y me dirigí con paso rápido hacia el servicio. Abrí la puerta y observé el lugar.
    
    Enfrente un amplio espejo rematado en su parte inferior con el lavabo amplio de doble pila. Y en la pared que separaba de la habitación, el servicio y el bidet. Al fondo, una mampara de cristal transparente y una ducha rodeada de pizarra negra que contrastaba con el color de los azulejos.
    
    Mirando al espejo, pude ver a Jordi, detrás de mí. Así que, me dirigí al servicio sin cerrar del todo la puerta, dejándola solamente entornada.
    
    Situada enfrente del espejo, me levanté el vestido, y con toda la delicadeza del mundo, inicié el descenso de mi tanga blanco. Sin dejar de echar disimuladamente una mirada fugaz al espejo, en donde podía observar de forma destacada el ...
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