1. Lobo él y loba yo


    Fecha: 20/01/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: LaBellu, Fuente: CuentoRelatos

    ... seguramente.
    
    —Muy bien, cuando tienes razón, tienes razón, aunque Alfonso es mi mejor amigo no se te olvide, como un hermano para mí.
    
    —Y también es mi dentista, tampoco se te olvide. —Quiero retruco ¿o es un partido de ping pong?
    
    —Te veo bien en tu nuevo roll de investigadora científica —y con sus ojos señala mi plato, en el que se encontraba mi comida ligeramente destripada, convertida en pequeños montoncillos a los que trataba de redondear.
    
    —Ah pues no, te equivocas, decoradora.
    
    Y con todos vosotros: La Noche de las Ironías.
    
    —Te enseñé a no jugar con la comida, creo recordar —Y venga, otro bocado se mete con total naturalidad.
    
    —No quieres que jue…
    
    —Ah no, no, no, ¿que dijimos? Ojito con lo que vas a decir —me mira como midiéndome, no la altura claro.
    
    Coloco mis manos debajo de la mesa, me apoyo en el respaldo de la silla y poso mis ojos en él.
    
    —Sí, mejor nos vamos. Debo reconocer que no sirvo ya para amenizar el cumpleaños de una jovencita. Lo siento cariño, no ha sido mi intención. Quería que esta, tu noche, fuera única, luego te iba a llevar a un recital… tonterías de viejo nostálgico y retro.
    
    —Bueno, “vintage” casi suena mejor —Y con esto logré arrancarle una sonrisa y me animo y sigo— Esta vez voy a corregirte yo, no te llames a ti mismo viejo al menos en mi presencia. Estás más bueno que el pan y el helado de chocolate con almendras, que digo bueno, estás para comerte tío, ¿qué más quieres? Tampoco te deprimas porque una niñata ...
    ... malcriada y caprichosa hoy no tiene ganas de marcha. En esta vida todo no se puede. —Y yo sentando cátedra a un hombre que me sacaba 30 años.
    
    —Sí que apuntas maneras ya, casi me has convencido.
    
    Llega un natural silencio porque el camarero había regresado quizás por más “chicha” pero sobre todo a cobrar la cena. Volvemos a quedarnos solos, me inclino un poco hacia adelante y le digo a Gabriel:
    
    —Déjale mucha propina, así me recordará con más cariño, porque simpatía ya me ha cogido.
    
    Se ríe y yo también. Al menos le debía eso, después de haberle amargado esa noche tan espectacular que tenía planificada para mí.
    
    Finalmente nos marchamos y todo transcurrió con una monótona normalidad. Ya en casa acabé en mi cuarto mirando una serie nueva que echaban sobre la Reina Victoria a la edad de 18 años y su Primer Ministro. Vaya, pensé, esto me interesa. Y en la madrugada estaba Gabriel en mis sueños, pero de una manera que no logro recordar, lo que sí sé es que acabé despertándome sudorosa moviéndome y corriéndome de gusto.
    
    Esto pasaba de castaño oscuro, ya ni el dildo necesitaba, me corría espontáneamente, si las hormonas, si la edad, pero hay que lidiar con todo eso.
    
    Cuando supe que Alfonso vendría por la tarde me inventé una salida. El amigo de mi tío es bien majete, pero yo estaba en otra sintonía y no quería “comportarme” quería desaparecer. Pero, ¿y si regresaba sin ser vista y podía volver a encerrarme en mi cuarto? Eso hice, bueno no exactamente, al intentar pasar ...
«12...456...9»