1. El culo de Mariam


    Fecha: 17/01/2020, Categorías: Anal Primera Vez Sexo en Grupo Autor: roleplaylover2, Fuente: xHamster

    ... alegre y simpática. Lo que faltaba.La conversación derivó a temas más interesantes. Resultó que le gustaba leer como a mí, de que no era una cabeza hueca. Tenía inquietudes sociales. Era una chica "progre", por así decirlo, y bastante liberada. Pronto nos sentimos muy cómodos el uno con el otro. Había química, y me di cuenta de que sería muy fácil relacionarme con ella: siempre tenía un comentario agradable, ingenioso. Me relajé bastante. En otras circunstancias, con otra chica, esta conversación hubiera dejado en un segundo plano mi ofuscado deseo. Pero es que la amiga Mariam no era una chica más. Era imposible no fijarse casi con angustia en la dos tremendas tetas que tenía bajo la camiseta, y que, me dí cuenta, ¡no llevaban sujetador!Sus pezones se revelaban bajo la ligera tela, coronando aquellas dos suculentas montañas. Yo intentaba por todos los medios dismular mis miradas. Ella no parecía darse cuenta, afortunadamente. Calculé que pesaría unos 75 kilos, eso sí, muy, pero que muy bien puestos. Había donde agarrar. En realidad había donde agarrar para varios chicos a la vez.Tenía las piernas cruzadas informalmente, los grandes muslos apoyados uno sobre otro, su entrepierna gloriosamente lisa se perdía entre aquellas macizas y torneadas barras de carne. Me parecía sentir el calor que emanaban. De vez en cuando, ella se inclinaba a tocarse los pies, que tenía evidentemente doloridos. Cuando lo hacía, sus pechos colgaban , revelando aún con más claridad su anormal ...
    ... tamaño.Por aquel entonces mi polla pedía otra vez guerra, cómo no. Me brindé a darle un masaje en los pies gentilmente.- ¿Tu sabes dar masajes, Antonio? -me preguntó.- Sí, mi hermano me enseñó.- Me encantaría.Mariam puso su regordete pie a mi disposición. Lo apoyé en mis rodillas y comencé a masajearlo, firme y suavemente a la vez. Tocar su pie me produjo una gran satisfacción; no era su culo, ni sus pechos, ni su chocho, pero era su piel y aquello me erotizaba. Ella soltó un par de gemidos espontáneos que, desde luego, no contribuyeron a mi relajación.Después de unos 10 minutos de masaje, Mariam me miraba con gratitud. Era obvio que me había ganado su confianza y su simpatía.De improviso se levantó; sus tetas se balancearon majestuosamente. Se dio la vuelta y se encaramó a la litera superior donde tenía la mochila. Durante breves momentos, el culazo quedó expuesto ante mí en toda su gloria. Nueva salvaje erección. "¡Pero que culoooooo!"Duró poco. Bajó la mochila al suelo y comenzó a sacar libros. Se inclinó poniendo el trasero en pompa. Desde donde yo estaba no podía verlo. Me desplazé discretamente cerca de la ventanilla, para tener una panorámica de sus nalgas abiertas. Lo conseguí. Durante breves momentos, a menos de un metro, contemplé maravillado aquellas nalgazas y la abertura que parecía no tener fondo. Los muslos eran increiblemente macizos y torneados. No había nada en su cuerpo que me sirviera de consuelo para desecharla, ninguna excusa para olvidarme de ella. Os aseguro, ...
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