1. Infiel mañanero


    Fecha: 16/01/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... activando el pensamiento de la cabeza… la de abajo. Se me quemaron los papeles, la perspectiva de comerme esta deliciosa madurita privaba sobre todo, dispuesto a todo por gozarla.
    
    Se había recostado, recostada sobre mis piernas, la tomé en brazos y llevé a la cama, la arropé, mientras pienso cómo seguir, regué las plantas, barrí el pasillo, recogí la correspondencia, hacía tiempo para controlar la ansiedad, darle un tiempo para descansar.
    
    Retorné al dormitorio, estaba bajo las mantas, pensando que dormía, levanté las cobijas para mirar debajo, todita desnudita. Una oleada de calor me invadió, la verga se puso dura, pidiendo a gritos donde desahogar su bruta erección. No dormía, solo parecía…
    
    - Ven acá.
    
    No necesité más, entré, desnudo para no desentonar. Abracé, besé toda, sin dejar ningún rincón por besar. Primero las tetitas pequeñas pero latiendo y con los pezones gruesos y turgentes. Me caben en mis manos, palma grande y dedos gruesos, aprieto suave, comienzo a lamer y mamar, avanzo en chupadas intensas, apretando los pechos, chupando hasta casi morder.
    
    Disfruta el mimo del hombre engolosinado con sus tetas, acaricia mi cabeza, ofreciéndolas en sus manos como madre cuidadosa amamantando a su bebé. Transita el tumultuoso camino del placer que se inicia con el pezón encerrado en mi boca y sirve de cadena de transmisión de las vibraciones hasta consolidarse entre sus piernas, aprieta los muslos para contener el bullicio provocado con mi boca en sus ...
    ... pechos.
    
    La mano en la entrepierna, abro el camino a esa “boquita” vertical, húmeda, agita los labios temblorosos, esperándome. Primero un “boca a boca” para dejarla delirando, recorrida exploratoria de lengua entre los labios desde el borde perianal, hasta apresar al indefenso clítoris. El cuerpo, convulsionado no paraba de sacudirse como coctelera, fuertes gemidos y la extrema humedad fregada en mi boca, son claros indicios que se acerca a un gran orgasmo.
    
    Tumultuoso y áspero fuer como acicateó sus sentidos, creo que hasta lágrimas tenía cuando se produjo el estruendo emotivo que le robó el aliento.
    
    Se tensó, inmóvil por un instante, luego el aquelarre de sentires la descolocaron, llevando a la estratosfera del placer. No le di respiro, seguí lamiendo el clítoris hasta dejarla exánime, dócil e inerme, entregó su voluntad en manos, bueno en mi boca, entregada a mi lujuria.
    
    Lloraba, gemía y reía, sin sentido, liberando la tensión por la brutal acabada, secó las lágrimas y me besó agradecía todo este placer descubierto.
    
    En cuanto se rehízo, volvimos a los besos y a las caricias. Deseaba hacerla mi mujer ahí y ahora, no aguantaba más. La calentura le subía al rostro, coloreando de carmín intenso las mejillas, la agitada respiración y el retorno de gemidos desde el fondo del deseo.
    
    Acomodé la cabeza entre los labios de la conchita, ella aparta los vellos, separaba los labios, entre despacio pero sin pausa, las rodilla arriba contribuyen a llegar a tope, la tengo con ...
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