1. La puta del barrio


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Primera Vez Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... hombre que había acabado con “la puta del barrio”, para siempre.
    
    Desde entonces, han transcurrido ya veintitantos años, y Sonsoles y Luis, siguen juntos, amándose no ya como entonces, cuando, por primera vez, durmieron juntos, sino bastante, pero que bastante más… Mucho, muchísimo más… Desde hace, también, más de veinte años, no son novios, sino marido y mujer, un matrimonio inmensamente feliz. Cuando él, pocos, muy pocos meses después de aquél día glorioso en que por vez primera se amaron como hombre y mujer, le planteó a Sonsoles lo del “casorio”, por lo civil, claro, que gente de iglesia y tal, ninguno de ellos era, ella, tras quedarse alucinada con la propuesta…“Pero… ¿De verdad quieres casarte conmigo”, le dijo, y cuando él se lo afirmó más que rotundamente, echándole los brazos al cuello, besándole, acariciando como sólo ella sabía hacerlo, porque le quería hasta la locura, le juró que le haría muy, muy feliz, pues para él sería una buena esposa; la mejor de las esposas… Y a fe que tal juramento lo cumplió a rajatabla, con lo que Luis más feliz, más dichoso, no puede ser; pero es que, también él fue, es, el mejor marido del mundo para su amada mujercita, con lo que también Sonsoles es la mujer más feliz, más dichosa del Universo… Su amor dio dos hermosísimos frutos, dos criaturitas más bonitas que un San Luis, varones ambos, uno que ya anda por los veinte años y el otro por los diecisiete, dos hombres más en casa, para ayudar a sus padres con lo del ...
    ... “pan nuestro de cada día”, y a su madre, en lo que sea con la casa, pues como no gastan anillos, no se les caen, por hacer labores “de chica” en casa…
    
    ¿Que qué pasó con la madre de Sonsoles y el “chulo” del Raúl y sus “perros/perras” obedientes?... Un viejo refrán español puede resumirlo: “Quien mal anda, mal acaba”… O, “peor acaba”… Ella, alcohólica desahuciada, murió en un hospital de la Beneficencia General del Estado, de una hepatitis de caballo, que se la llevó a la tumba finalmente; los otros, el Raúl y su “gentecilla”, entrando y saliendo de la cárcel, cada dos por tres por delitos de poca monta, que para más no llegaba ni la inteligencia ni el coraje de los “endeveduos/endeveduas”: Pequeños trapicheos de droga que ni al por menos alcanzaban, algún tirón de bolso a señoras, de edad más bien, que con jóvenes no se atrevían, a tanto su “valentía” no llegaba, andar al “descuido” de billeteras, “metiendo el dos de bastos para sacar el as de oros” es decir, carteristas, según D, Francisco de Quevedo y Villegas, que pone tan “noble oficio” en el padre del “Buscón D. Pablos”… Y ellas, amén de casi todas estas cosas, por prostitución, aunque las más de las veces, por emborrachar y robar muy a sus anchas a sus cándidos clientes…
    
    Y qué más puedo añadir a esta historia, salvo el consabido: “Y, COLORÍN, COLORADO, ESTE CUENTO, HA ACABADO”… Y agradeceros vuestra atención a cuantos hasta aquí habéis llegado… ¡¡¡GRACIAS, AMIGAS…GRACIAS, AMIGOS!!!
    
    FIN DEL RELATO 
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