1. La puta del barrio


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Primera Vez Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... la “herramienta”, tomándola impertérrita, con su mano. El “macarra” se sintió orgulloso de que todos los presentes pudieran ver el buen tamaño de su miembro, “despertándose” a pasos agigantados. Y lo sojuzgada que tenía a la zorra. Ella dijo entonces
    
    —¡Vámonos ahí atrás Raúl!... Te haré todo cuanto quieras…
    
    —¡Te dije que te callaras, zorra!
    
    La agarró del pelo y le obligó a bajar la cabeza, dirigiéndola a su entrepierna
    
    —¡Chúpamela, zorra!...
    
    —¡Por favor, Raúl!... Aquí no; delante de todos no… Por favor… Vayámonos
    
    —¡Te he dicho que me la chupes…que me la mames, zorra…puta!… O, ¿quieres que te arree?... Porque, por mí, encantado de darte gusto… Ya sabes; “pa” mis putas, lo mejor de lo mejor
    
    Y Sonsoles empezó con la tarea, empleándose a modo en lo que hacía…esmerándose… Sabía que con el Raúl, pocas bromas… Le gustaba que él la distinguiera, haciendo ostensibles sus predilecciones por ella; se sentía así algo importante… La diva de la manada de hembras, la “hembra alfa”, al ser la del “macho alfa” de aquella manada de animales de dos patas… Los espectadores se habían quedado totalmente en silencio, obnubilados, fascinados, ante lo que veían… Con los tíos sintiendo cómo por sus “bajuras” algo cosquilleaba, con un calorcillo de lo más agradable bajándoles desde el vientre hacia el bajo vientre… Y las manos, empezaron a manosear esas “bajuras” que despertaban que era una vida suya… Y las chicas, calladas, abrumadas, sin atreverse a decir… Temían al Raúl más ...
    ... que a la peste
    
    —¡Eso es, putita; así, así!... ¡Qué bien la chupas, zorra!... ¡Eres superior mamándola; superior!... Una verdadera puta… La mejor de las putas… ¡La más puta, de todas las putas!
    
    Todavía la tenía agarrada por el pelo, haciéndola bajar y subir, rítmicamente, la cabeza, logrando que su miembro entrara en la boca de la muchacha hasta el fondo, hasta las amígdalas, como quién dice… Ella sufría tremendas arcadas, pero él no cejaba, no permitía darle ni un segundo de respiro, hasta casi asfixiarla incluso
    
    —¡Sigue, sigue chupando, puta!... ¡Qué boquita tienes, putorra!... ¡Se ve que te has pasado media vida chupando, mamando, pollas!... Muy bien, puta; muy bien… Así…¡aggg!...¡aggg!... Así, así… Muy bien… Pero trágatelo todo…toda la leche… ¡No me hagas como la otra vez, o te crujo a hostias!...
    
    Y eyaculó… A chorros, berreando, gritando… Le seguía manteniendo la cabeza, atenazada por el pelo, sin permitir que se le separara un instante… Y a Sonsoles no le quedó otra que tragar…y tragar…y tragar… Hasta la última gota de semen del “siete machos”, hasta limpiársela bien limpita
    
    —¡Te has pasado siete pueblos, so cabrón!
    
    —¡Ja, ja, ja!… Menos lobos, puta… ¡Si te ha encantado hacérmelo!...
    
    Sonsoles se giró hacia el grupo. Todos la miraban. Los chicos con ojos llenos de deseo. Esa mirada de lujurioso deseo con que siempre la miraban. Se fue a levantar, pero el Raúl se lo impidió.
    
    —¡Eh! ¿Dónde te crees que vas? Aún no has acabado. (Se volvió hacia el grupo, ...
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