1. Nochevieja de morbo.


    Fecha: 12/12/2019, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Aquel fin de año era el más aburrido de mi vida. Había cumplido 18 años 3 días antes y allí estaba con mi amiga, un año mayor, en el pub al que solíamos ir todos los findes. Normalmente no dejan entrar a menores de edad, pero yo conocía al dueño desde hace tiempo y habían estado haciendo la vista gorda conmigo antes de cumplir 18. Ahora ya daba igual, claro.
    
    Nunca me gustó llevar vestido largo de noche ni nada por el estilo, así que solía siempre ir con mi rollo de vaqueros ajustados de cintura baja y un top de tirantes cortito con algo de pedrería que dejaba ver mi ombligo con su piercing. Tengo un vientre muy planito en el que se marcan un poco los abdominales, aunque nunca voy al gimnasio ni hago ejercicio. Unos buenos tacones altos me ayudaban a rozar el 1,80 de estatura. Llevaba mi pelo natural suelto, largo y liso, de un color castaño claro, aunque casi rubio en verano. Siempre fui muy delgadita y espigada. Algo que me costó las burlas de mis compañeros de clase en el colegio y me llamaban espárrago y cosas así. Cuando cumplí los 14 años las cosas cambiaron y los chicos, sobre todo de cursos más avanzados, empezaron a fijarse mucho más en mí, aunque mis pechos nunca fueron nada del otro mundo (solo tengo una 85), estoy muy orgullosa del resto. Nunca engordo, por más que coma. Cosas del metabolismo según el médico, así que siempre estoy delgadita. Muchos y muchas dicen que demasiado y los más cabrones y envidiosas me han llamado anoréxica.
    
    Mi amiga estaba en la ...
    ... pista de baile, con su novio, mientras yo apuraba mi segundo ron cola, aburridísima, con un codo en la barra y cara de "por favor, sacadme de aquí". Aún no había entrado la ley antitabaco, así que entonces aún se podía fumar en estos sitios. Encendí un cigarrillo. De pronto me doy cuenta de que un hombre sentado frente a mí, a unos pocos metros, no ha dejado de mirarme en un buen rato. Los hombres normalmente me miran, me he acostumbrado, pero este tenía algo especial. Sin duda era mayor, aunque no sabría decir. Quizá entre 30 y 35; pero no era eso lo que me llamó la atención. Fue su mirada. Tenía unos ojos grandes y oscuros, que no disimulaban, un pelo con algo de canas que llegaba para tapar sus orejas y unos labios gruesos. Llevaba un traje con corbata muy elegante. Era un tipo realmente atractivo.
    
    Jugamos con las miradas. Nos encontramos un par de veces y sonreimos un poco. Él decidió acercarse al cabo de un momento. No pierde el tiempo y me dice que lleva obervándome 20 minutos y que quiere hacerme el amor. Tal cual. Sin tapujos. Yo me quedé perpleja, sin saber qué decir, porque nunca nadie había sido tan directo conmigo. Su voz era grave y ronca pero muy muy sensual. No le hizo falta hablar más alto porque estaba a unos 20 centímetros de mí. Debía medir aldededor de 1,80.
    
    Por supuesto lo rechacé de primeras, aunque ese tío había conseguido ponerme a cien con esa entrada en escena. Estuvimos hablando un buen rato. Con el rabillo del ojo iba controlando a mi amiga en ...
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