1. D O Ñ A S O L E


    Fecha: 11/12/2019, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    CAPÍTULO 1º Pablo era uno de mis mejores amigos; el conocernos fue una especie de carambola; sucedió que mis padres se hicieron amigos de un matrimonio que vivían en el portal contiguo al nuestro. Y, como por entonces era normal, ambos padres propiciaron que sus hijos se conocieran y trataran entre sí, por lo que yo me hice amigo del hijo mayor de aquél matrimonio, Agustín. Pero sucedía que, para entonces, esos nuevos amigos de mis padres tenían gran amistad con el que vivía en la puerta de al lado, ellos en el C y los otros en el D; en fin, que vino a darse una especie de “totum revolutum” por el cual los tres matrimonios se hicieron amigos entre sí y los hijos respectivos también, resultando que el hijo de ese tercer matrimonio era el que fue y es mi gran amigo Pablo La verdad es que en un pronto, cuando nos conocimos; o mejor dicho, el primer día que le vi, lo cierto es que me cayó bastante mal. Pablo era alto, ancho, grande… Y fanfarrón… Muy, muy fanfarrón… Vamos, el tipo de tío que a mí me cae particularmente mal. Pero eso, enseguida, vi que no era más que fachada, pues él en absoluto era así a poco que se le tratara, con lo que acabé por apreciarle de verdad. Lo curioso es que, luego, cuando ya éramos casi uña y carne, un día se lo solté • Sabes macho que al pronto, nada más echarte la primera vista encima, me caíste la mar de gordo, con ese vozarrón que soltabas y ese aire de perdonavidas que te gastas a veces… • Pues, ¿sabes tío que tampoco tú me caíste nada bien a mí ...
    ... a “bote pronto”?. Me pareciste un “lechuguino” gilipollas; un intelectualoide de esos que van por la vida sacando pegas a todo el mundo; de esos que se pasan la vida mirando a los demás por encima del hombro… Tan serio y conspicuo como parecías… Nos reímos ambos con ganas y ahí quedó aquello para nunca más recordarlo… Los padres de Pablo, D. Isaías y Dª Sole, por Soldad, más dispares no podían ser. A él, gerente de una entidad bancaria, le solíamos llamar “El Sabio Distraído”, porque, la verdad, siempre estaba en Babia… Ensimismado, de pocas palabras, por no decir ninguna, se pasaba la vida como introvertido en un mundo interior, en el que sólo él tenía cabida, sin participar apenas en conversación alguna… Vamos, que yo más bien pienso que ni se enteraba de lo que a su alrededor se decía y pasaba… Eso, un “sabio distraído”, siempre pensando en cosas que, seguro, debían de ser de una enjundia sobrecogedora. Su señora esposa, Dª Sole, era la cara totalmente opuesta de la moneda. Siempre alegre, reidora e incorregible parlanchina dicharachera que “largaba”, comúnmente, hasta por los codos Yo enseguida tomé una gran confianza con ella, por mor de la confianza que con su hijo tenía, pasándome las horas muertas en su casa, donde era más que normal que día sí y casi día también, me quedara a comer. Pero no era yo solo quien habitualmente se colaba allí de rondón, sino que la mayoría de los amigos de su hijo también se pasaban en esa casa horas y horas, aunque conste que el comensal ...
«1234...18»