1. D O Ñ A S O L E


    Fecha: 11/12/2019, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... sonó como un pistoletazo • ¡Yo soy doña Soledad!. ¡No lo olvides, pedazo de niñato!… ¡De mocoso!. ¿Enterado?. Y se dio la vuelta, dejándome donde estaba, más rojo que un tomate… Más “corrido” que un recién casado en su noche de bodas… Me indigné… Me enfadé, ardiendo por dentro de ira… De ira hacia mí mismo… ¡Pero qué gilipollas que acababa de ser!. Me estaba bien empleado, por “tirarme a la piscina” sin apercibirme primero de si había o no agua… Y no la había, por lo que el “castañazo” fue tremendo Salí de aquella casa como un rayo… Como alma que lleva el diablo, echando a correr escaleras abajo hacia el portal y la calle. Al momento, cuando iba por el descansillo inferior, Pablo salió tras de mí • ¡Espera Antonio!. ¡Espérame, por favor!. Pero bueno estaba yo, como para esperar a nadie… De todas formas, y como él era bastante más alto que yo, con piernas más largas que yo, y, lógico, mayor zancada, acabó por alcanzarme ya en el portal y junto a la puerta de la calle. Me detuvo por un brazo, inquiriéndome • ¿Se puede saber qué le has hecho a mi madre?. ¡Está que bufa!. ¡Hasta a mí me ha “largado” de casa con cajas destempladas, diciendo que ya estaba harta de tanto niñato consentido!… ¿Qué ha pasado, macho?. Y no me salgas con que nada, que tonto no soy y he oído más de lo que quisiera haber escuchado… Para empezar ese pedazo de “hostión” con que te ha regalado la cara, que todavía la tienes roja y con sus dedos marcados en ella Yo me encastillé en que nada había pasado… Pero ...
    ... más que nada en que me dejara en paz… Que no quería ver a nadie… Ni a él ni a nadie… Él acabó por encogerse de hombros, dándome la espalda, mientras me soltaba • Macho, estás mal; muy mal… Te has encoñado con mi madre… Tío, cae del guindo… Ella es un poco coqueta y un mucho calientapollas, pero lo llevas claro… Te lo digo yo… Se subió para su casa y yo anduve un puñado de tiempo vagando por aquí y por allá toda aquella tarde y hasta ya de noche, pues serían algo más de las once cuando, por fin, subí a casa… Me había llamado “niñato”… Y “mocoso”… Pero, realmente, qué otra cosa sino eso mismo era yo a mis ya más veinte que diecinueve años, pues de ellos me separaba un suspiro, tres semanas… Los seis cursos que, según la reforma de 1954 de D. Joaquín Ruiz Jiménez, entonces ministro de Educación del general Franco, constaba el Bachillerato, entre el Elemental, 1º a 4º más su Reválida, y el Superior, 5º y 6º, más una nueva Reválida, a mí me había costado ocho años, del curso 1950-51 al de 1957-58, con lo que en ese curso 1959-60 que ya agonizaba, hacía el segundo año de 1º de Derecho en la Complutense, repitiendo todas las asignaturas del curso, de la primera a la última… Y el camino que llevaba en ese segundo año de 1º no era más brillante que el anterior… En mi casa, mi padre ya ni me hablaba y a mi madre no le quedaban lágrimas para suplicarme que, por favor, cambiara… Sí, yo no era más que un vago de siete suelas, pues si no aprobaba una, no era por falta de inteligencia, que ...
«1...345...18»