1. El soldado caradura que me sonrió lindo y me convirtió en su mujer


    Fecha: 09/12/2019, Categorías: Transexuales Autor: Toshka, Fuente: CuentoRelatos

    ... prediciendo que un montón de carne nerviosa entraría a depositar el producto del deseo que una hembra provoca en un macho.
    
    -¡Cosito míooooo... te amoooohhhh... deseo ser tuyitaaaaahhhhh!-
    
    Mi macho me soltó y me ordenó que me acostara con las nalgas al aire, cosa que hice más que velozmente. Apenas me acosté, José se prendió de mis nalgas con sus manos y su boca, dándome los mejores masajes sensuales de mi vida, especialmente cuando pasaba su lengua por mi culo. Me estremecía y me sacaba unos gemidos de alarido; a veces me metía la lengua endurecida y yo levantaba el trasero sin yo pensarlo
    
    -¡¡¡Aaaaaaaagggghhhh... míooooooo... asíiiiiiiiii... bebéeeehhh!!!!-
    
    Así, con las nalgas muy levantadas, José se movió hacia un buró y sacó un condón que se puso para acomodarse entre mis piernas y ensartarme. Si hincó, colocó su hermosa macana entre mis nalgas y empujó lenta pero firmemente. Mi esfínter al principio opuso resistencia pero sucumbió a la dureza y al empuje del macho musculoso. Después de un breve dolor que me hizo gritar, sucedió una hermosa entrega; José me tomó de la cintura y se dio a la tarea de bombear su cilindro dentro de mis intestinos con movimientos lentos... nuestros gemidos y el casi silencioso chirriar de la cama eran un canto de amor en el silencio de la noche.
    
    -¡Gggghh... Aahhhhh... Oooohhhhh!-
    
    -¡Mamacitaaaahhh, que buenas nalgas tieneeesss... mmmmhhh!-
    
    -¡Ay José, que rico me envergaaassss... tómameeehh!-
    
    -¡Que sabroso aprieta tu ...
    ... culoooooooh!-
    
    -Aplástame, bebéeeee... ¡¡¡hazme tuyitaaaaahhh!!!-
    
    -¡Si, muñeca, me tienes al milllll!-
    
    Mi hombre empujó su cuerpo sobre el mío y me aplastó contra la cama, empezando un delicado vaivén, metiendo y sacando su cosa gruesa, y pasando su boca y lengua por mis hombros, causándome deliciosos estertores cada vez que me la refundía hasta el fondo, acariciando mi próstata con la cabezota de su verga... tuve un plácido orgasmo silenciado por los apasionados bufidos de mi amor.
    
    -¡¡Aaaaaaggghhh!!... - se repetía en mi boca ese gemido chillonamente cuando José me la sambutía completa.
    
    Luego sus embestidas fueron más violentas y se escuchaba el chasquido de nuestros cuerpos al chocar su vientre contra mis nalgas; nuestros gemidos sofocados se unían formando una melodía de sexualidad incontenible hasta que mi JR me apretó con fuerza para incrustarme todo su miembro y dejar salir todos sus espermatozoides entre fieros rugidos de satisfacción. Mi sofocada respiración se detuvo para aguantar el peso de mi macho musculoso hasta que terminó de vaciar toda su carga de lechita y un rato que descansó sobre mí para reponerse del esfuerzo. Finalmente sacó su poderosa verga y se recostó a mi lado mostrando signos de cansancio y gran satisfacción; yo me acurruqué en sus brazotes y así me tuvo, abrazadita y dándole yo besos en sus duros bíceps y acariciando todo lo que pude su cuerpo.
    
    -Tengo sed, nalgona- me, dijo meloso.
    
    -Yo te traigo, amor- solícito me levanté a traerle ...