1. Amor paulatino: Me enamoré y le entregué mi culo virgen


    Fecha: 16/11/2019, Categorías: Transexuales Autor: aritacariñosa, Fuente: SexoSinTabues

    ... tiene cabellos rubios y hermosísimos ojos azules. Bien corpulento. En cambio Luciano tiene pelo corto lacio castaño oscuro, ojos marrones y un rostro que es un poema. Alto y muy esbelto. Su sonrisa me enloquecía. Ellos eran muy amigos, por lo que siempre los veía juntos, charlando, riendo, etc. Algo ideal para mi vista, porque podía observar a los dos al mismo tiempo. Durante los primeros meses de cursado, fue todo muy normal. Yo era muy callada y sumisa, pasando casi desapercibida. También fui muy estudiosa porque me costaba mucho aprender los contenidos de cada materia. Cerca de la primavera, en septiembre, nacieron nuevas sensaciones en mi cuerpo, que me motivaron definitivamente a cumplir mis deseos. En el fondo de casa, mi mamá colgada sus vedettinas lavadas. Yo las veía con cierto cariño. Necesitaba usar una. Hasta que me decidí. No soporté tantas restricciones en mí. Saqué una de color negra muy sensual, a escondidas de ella, y me la puse en mi cuarto. Mi cuerpo estaba al desnudo, sólo con la tanguita puesta. Desde ese momento me sentí mágica, llena de placenteras emociones, mirárndome con un gran entusiasmo, girando todo mi cuerpo frente al espejo. Disfrutaba al máximo tener esa bombachita puesta, encendiéndose en mí, una gran fantasía de sentirme una mujer. Por lo que me acosté en mi cama y con mis manos, comencé a tocar mis caderas, luego mi vientre, hasta llegar a los pezones de mi pecho. Todavía no tenía tetas, pero producía con mis dedos, una suave torción ahí. ...
    ... Estaba rico, pero necesitaba sentir más y más. Mojé con saliva los dedos índice y pulgar de cada mano, y comencé a tocar nuevamente mis pezones, que se empezaron a poner bien de punta. ¡Lo sentí muy, pero muy delicioso! Se incrementó considerablemente mi sensibilidad. En todo mi cuerpo fluía un gran sentimiento de excitación. Como mis genitales estaban desplazados hacia atrás y sostenidos con la tanguita puesta, levanté levemente mis piernas, apretando todo mi miembro con las mismas. Con los movimientos de mis piernas, generaba un exquisito roce a mi pequeño genital. Mientras acariciaba mis pechos y jugaba con mi erguido miembro entre mis piernas, apareció un inigualable y estremecedor cosquilleo en todo mi orificio anal. Mi agujero comenzó a pedirme una rica verga. Ansiaba que un hombre me metiera toda su pija. Mi mente fantaseaba que me cogía y cogía alguien sin cesar. Estaba teniendo una sensacional masturbación que acabó en una inesperada y desesperada primera eyaculación en mi vida, con mi orificio apretando todo el vacío. Me sentí rara, sorprendida y muy desconcertada, liberando todos los reprimidos deseos en mi mente de ser una mujer copulada por un macho. Lógico que ensucié la vedettina. La lavé a mano para volver a dejarla en su lugar. Desde ese día, me atreví a adquirir mis propias colaless y también pequeños corpiños. Además compré mis primeros utensilios de maquillaje. Era momento de sentirme viva, de sentirme hembra. Entonces, así comenzaron mis secretas sesiones ...
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