1. Ya no soy una nina (i)


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... preciosa.
    
    -Gracias...
    
    Primero me levantó la falda para mostrarle mis hermosas piernas y mis bragas a sus amigos. Me metió mano y comenzó a masturbarme. Yo me estaba muriendo de placer y me corrí como cerda al poco que comencerá.
    
    -Una florecilla – mencionó al tiempo que se limpiaba mi corrida en mi vestido nuevo.
    
    -Jo tío, que suerte. ¿De verdad vamos a romperla el culo esta noche?
    
    Mi amo no dijó nada y se sentó en la silla. Sacó de la bolsa de papel un collar de perro que colocó en mi cuello sin mucho esfuerzo. Tiró de la cadena para ponerme de rodillas.
    
    -Ahora tengo un perro y una perra – dijó entre risas. - Bien, ¿Quién quiere ser el primero?
    
    Los dos amigos se miraron, y se fue el perro quien ladró.
    
    -Es más listo que el hambre – aseguró Tomás entre risas. - Bueno, si no la queréis...
    
    -Sí que la queremos.
    
    -Claro que la queremos.
    
    -Pues entonces venga, aflojar la pasta.
    
    Le dieron apenas unos 10 euros cada uno de ellos.
    
    -La gusta que la muerdan las tetas... -aseguró mi amo.
    
    Me lo hicieron allí mismo, en el suelo de la cocina. Me lo hicieron con ganas y ansia, como si no creyeran ...
    ... lo que les estaba pasando. Siguieron a rajatabla el consejo de mi amo. El primero de ellos me reventó el vestido para poder moderme mejor. El segundo hizo suyo el pecho derecho.
    
    El perro tembién me tomó. Nunca en mi vida hubiera imaginado que iba a tener un perro entre mis piernas, bombeando dentro de mi, intentando con todas sus fuerzas dejarme preñada. La sensación cuando me metió su bola y disparó el esperma dentro mío fue increíble.
    
    No había terminado la noche para mi. Mi amo subió conmigo de nuevo a la habitación de mis padres. Allí me quité lo que me quedaba de ropa prenda a prenda salvo el collar. Al otro lado de la cadena, estaba la mano de mi amo.
    
    Ahora me podía ver bien. No me habían hecho sangrar, pero se notaban mucho las marcas de dientes.
    
    -A cuatro patas perra – me odernó mientras se sacaba la polla.
    
    Comenzamos con un oral. Estando de rodillas y con ambas manos a la espalda, mi amo se folló mi boca. Me la metio hasta la garganta y ni si quiera se detuvó cuando se corrió dentro.
    
    Cuando al fin se sintió satisfecho fue a darse un baño. Esa noche dormimos juntos y desnudos, piel con piel. 
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