1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 11)


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... incluida Matilda.
    
    La Princesa jamás estuvo sola. Mientras estuvo en coma, los suyos se turnaron para estar siempre con ella. Y cuando su estado mejoró, también. Por fortuna para todos, disfrutaron de casi dos semanas de tranquilidad mientras salían de la Nébula a paso de tortuga.
    
    Coincidiendo con la salida de la flota de la nébula de Pétara, Matilda reunió a su circulo más intimo en la cantina principal de la nave. Su hermano Neerlhix, Ushlas por supuesto, Camaxtli, Daq, Moxi, y una renqueante Princesa Súm, que con muletas y precaución, ya se movía entre el hangar de infantería y el puente.
    
    —Los humanoides están obsesionados, —afirmaba con vehemencia Moxi—. Sois tan arrogantes que solo entendéis el sexo a vuestra manera.
    
    —Joder, es que es la mejor manera, —Camaxtli le miraba con cara de perplejidad.
    
    —¡Y dale! El que creáis que es la mejor manera para vosotros, no significa necesariamente que sea la mejor manera para todo el mundo, —Moxi seguía igual de vehemente—. Mis copulas son totalmente satisfactorias.
    
    —¿Cómo que tus copulas son totalmente satisfactorias? —preguntó sorprendida Matilda.
    
    —¿Con quién son satisfactorias? —preguntó Neerlhix.
    
    —En esta nave no hay más morlom que tú, —afirmo Daq.
    
    —Ni más polimorfos en toda la flota, —afirmo Ushlas.
    
    —¡Sois una banda de cotillas! —exclamó Moxi provocando la hilaridad de todos los demás. Incluso la Princesa que se puso a toser del ataque de risa.
    
    —VengaMoxito ¿Quién es ella, o él? —preguntó ...
    ... Matilda con actitud cariñosa mientras metía un dedo por el orificio auricular de su traje.
    
    —No me puedo creer, que unos aventureros galácticos como vosotros, en realidad sois una banda de comadres, cotillas y chismosas, —y mirando a Matilda, la dijo—. ¡No me metas el dedo en la oreja!
    
    —Si no tienes oreja; además, me gusta tocarte: estás blandito, —y con actitud seductora insistió—. Anda, dímelo.
    
    —Que no.
    
    —Que si tonto.
    
    —Que no Matilda, ¡joder que no!
    
    —Que si, dímelo al oído, que no se lo digo a nadie, —seguía insistiendo.
    
    Siguió insistiendo un rato, hasta que finalmente, Moxi cedió y se lo susurro al oído. A esas alturas, todos los presentes en la cantina, más de cincuentas personas, estaban pendientes de Moxi.
    
    —¿La cabo Shy? —repitió Matilda sin poder contenerse por la sorpresa.
    
    —¿La cabo Shy? —repitió a coro toda la cantina.
    
    —¡Me cago en la leche Matilda! —explotó Moxi muy cabreado—. Era confidencial.
    
    —¡Uy! Lo siento, lo siento, lo siento, se me ha escapado, —exclamó Matilda tapándose la boca.
    
    —¿La cabo Shy, la rubita de logística? —insistió Neerlhix.
    
    —¡Pues claro! ¿Cuántas conoces?
    
    —Es mona… y… muy simpática, —afirmó Camaxtli.
    
    —Pues claro que es simpática.
    
    —¿Y como lo hacéis? ¿Te haces un agujero en la entrepierna del traje? —preguntó la Princesa con ingenuidad causando las risas de los demás.
    
    —¡Mirad! Me estáis tocando los huevos…
    
    —Venga, no te enfades tío; además, no tienes huevos, —intervino Matilda—. En serio, ¿Cómo lo ...
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