1. Mujer casada suplanta a una stripper por su parecido


    Fecha: 28/09/2019, Categorías: Incesto Autor: SANDY C, Fuente: CuentoRelatos

    ... presión alguna de parte de él y me desnudé tomándome todo el tiempo que necesité; pues ya le había comentado mi complejo de mis labios genitales salidos y grandes
    
    El sabiamente me manifestó su deseo de desnudarse mientras le contaba de mi inconveniente.
    
    El ambiente se facilitaba, ya que el champán me había puesto un tanto excitada, con calor.
    
    Mantuve mis muslos cerrados y ya habiendo tomado 3 copas de champán se dio el momento para enseñarle mis genitales, a los que, con mucho tacto, me hizo tenderme bocarriba, abrir los muslos y relajarme, dejar que sus labios bucales recorrieran mi zona erógena más íntima.
    
    A pesar de ser un hombre mayor de 65 años y algo calvo, sus labios me hicieron volar a la excitación total, logrando verdaderamente un orgasmo.
    
    Si, descubrí que una cosa era sentir placer parcial y otra, llegar al orgasmo total.
    
    Me abandoné, sentí la fuerte sensación de tener que elevar mis nalgas, apretar mis muslos en torno a su cara y dejar fluir mis jugos en su boca sedienta de estos.
    
    Sentí que algo de mi líquido orgásmico corría como rio por uno de mis muslos.
    
    Ahora sentí la obligación de corresponderle a tan agradable favor proporcionado y le pedí que él se tendiera bocarriba y yo sentada frente a él, le proporcionaba un masaje manual en su miembro logrando su erección.
    
    Lograda esta proseguí a llevármelo a los labios, lamerlo en toda su longitud para luego engullirlo en su totalidad. No tardó mucho en que su semen hiciera erupción en mi ...
    ... boca sin detenerme de succionarlo, bebiéndome su espeso y abundante esperma. Lo consentí luego por varios minutos. Con suaves caricias logré conseguir una nueva erección y le pedí me penetrase hasta que el pudiera venirse dentro.
    
    El balance fue todo un éxito, pero dada la situación, era obvio no manifestárselo a mi esposo. Así que el secreto fue guardado para el psicólogo-sexólogo, Paola y Karla.
    
    Pero ahí no quedaría la solución a mi problema y no porque se presentara un chantaje de parte de ellos 3, no! Ni que me sintiera presionada, tampoco. Sentí la necesidad de buscar el placer que con mi esposo, aunque tratara de explicarle, no lo toleraría.
    
    Me volví a encontrar por casualidad con el sexólogo en compañía de Paola en un restaurante cuando yo cenaba con mi esposo.
    
    Para el colmo ellos se hicieron cerca y sus miradas eran evidentes.
    
    Mi esposo se dio cuenta y el sexólogo se acercó y tuvo que decir que nos había visto en el centro médico y allí habíamos cruzado palabra él y yo. Fingí que no recordaba bien en el momento, pero que si era así, mientras que mi esposo se presentó, dando la mano dio su nombre e igual tuve que hacerlo, además que los invitó a compartir la misma mesa.
    
    En ese momento hubiese querido que me comiese la tierra, pues sin querer, mi vida familiar se vería revelada ante el sexólogo y Paola.
    
    Durante toda la cena, mis recuerdos, como mis miradas, eran hacia el sexólogo, pues con el habíamos tomado champán, me había hecho el sexo oral, me ...
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